San Pedro Sula, Honduras.
Con una exclusiva gala en el teatro José Francisco Saybe culminó el Festival Internacional de Música 2016 (Inmufest), que se desarrolló durante una semana con el objetivo de regalar arte y cultura a los sampedranos.
En representación de las instituciones organizadoras del Inmufest, el padre Jorge Faraj, presbítero de la Iglesia Ortodoxa San Juan Bautista, dirigió una oración; asimismo, la Vicealcaldesa de San Pedro Sula, Lilia Umaña; el abogado Javier Díaz, presidente de la fundación Mentes en Acción y el precursor de este festival, Óscar Barahona, Director de la Academia de Música D’Camara combinaron un pequeño discurso con frases de bienvenida y agradecimiento hacia los presentes.
Mágico
Grandes obras clásicas escuchó el público, que rebosaba de emoción por los matices de las interpretaciones, tanto de la Orquesta Sinfónica del Festival como del Cuarteto Isar de la Filarmónica de Múnich en su faceta de solistas, que iniciaron con la ejecución de Julio López, el violista hondureño que con su ejemplo dio un mensaje de esperanza para los artistas nacionales que sueñan en grande, y el violinista Bernhard Metz. Juntos tomaron su arco y sensualmente frotaban sus instrumentos, mientras que el director ecuatoriano Patricio Aizaga tomaba la batuta de la orquesta para deleitar con la Sinfonía Concertante para violín y viola de Mozart.
Para dirigir Introducción y Rondo Caprichosso, de Saint Saens, pasó al escenario el hondureño Óscar Barahona al frente de la orquesta con más de 50 músicos de América.
Al mismo tiempo que Iason Keramidis deleitaba con su violín, Julian Bachmann, interno en su camerino, ensayaba apasionadamente la que sería una de las destacadas ejecuciones de la noche con la pieza Rapsodia húngara, de Popper, la cual le permitió al chelista convertir en una fiesta los sentimientos del público.
Para culminar, un reluciente piano fue introducido al escenario, y el argentino Darío Ntaca se sentó frente a él e hizo resonar las notas de la obra Concierto para piano en Si menor (Tchaikovsky) provocando éxtasis entre la audiencia.
La alfombra
Muchos sampedranos llegaron para asistir a la cita cultural en el teatro José Francisco Saybe y aplaudir el talento de los artistas que se presentaron esa noche.
Luciendo muy elegantes desfilaron por la alfombra azul que se preparó para esa velada musical, donde los medios de comunicación aprovecharon para retratar a los asistentes.
Atentos a las interpretaciones que se ofrecieron por los músicos nacionales e internacionales, los presentes disfrutaron un concierto inolvidable de música clásica.
Luego de la presentación artística, la concurrencia compartió en un cóctel y entre amenas pláticas y ambiente agradable se prolongó la recepción por el arte musical de todos los tiempos.
Con una exclusiva gala en el teatro José Francisco Saybe culminó el Festival Internacional de Música 2016 (Inmufest), que se desarrolló durante una semana con el objetivo de regalar arte y cultura a los sampedranos.
En representación de las instituciones organizadoras del Inmufest, el padre Jorge Faraj, presbítero de la Iglesia Ortodoxa San Juan Bautista, dirigió una oración; asimismo, la Vicealcaldesa de San Pedro Sula, Lilia Umaña; el abogado Javier Díaz, presidente de la fundación Mentes en Acción y el precursor de este festival, Óscar Barahona, Director de la Academia de Música D’Camara combinaron un pequeño discurso con frases de bienvenida y agradecimiento hacia los presentes.
Mágico
Grandes obras clásicas escuchó el público, que rebosaba de emoción por los matices de las interpretaciones, tanto de la Orquesta Sinfónica del Festival como del Cuarteto Isar de la Filarmónica de Múnich en su faceta de solistas, que iniciaron con la ejecución de Julio López, el violista hondureño que con su ejemplo dio un mensaje de esperanza para los artistas nacionales que sueñan en grande, y el violinista Bernhard Metz. Juntos tomaron su arco y sensualmente frotaban sus instrumentos, mientras que el director ecuatoriano Patricio Aizaga tomaba la batuta de la orquesta para deleitar con la Sinfonía Concertante para violín y viola de Mozart.
Para dirigir Introducción y Rondo Caprichosso, de Saint Saens, pasó al escenario el hondureño Óscar Barahona al frente de la orquesta con más de 50 músicos de América.
Al mismo tiempo que Iason Keramidis deleitaba con su violín, Julian Bachmann, interno en su camerino, ensayaba apasionadamente la que sería una de las destacadas ejecuciones de la noche con la pieza Rapsodia húngara, de Popper, la cual le permitió al chelista convertir en una fiesta los sentimientos del público.
Para culminar, un reluciente piano fue introducido al escenario, y el argentino Darío Ntaca se sentó frente a él e hizo resonar las notas de la obra Concierto para piano en Si menor (Tchaikovsky) provocando éxtasis entre la audiencia.
La alfombra
Muchos sampedranos llegaron para asistir a la cita cultural en el teatro José Francisco Saybe y aplaudir el talento de los artistas que se presentaron esa noche.
Luciendo muy elegantes desfilaron por la alfombra azul que se preparó para esa velada musical, donde los medios de comunicación aprovecharon para retratar a los asistentes.
Atentos a las interpretaciones que se ofrecieron por los músicos nacionales e internacionales, los presentes disfrutaron un concierto inolvidable de música clásica.
Luego de la presentación artística, la concurrencia compartió en un cóctel y entre amenas pláticas y ambiente agradable se prolongó la recepción por el arte musical de todos los tiempos.
