San Pedro Sula, Honduras.
Más de 30 años de pasión por la pintura avalan el trabajo vanguardista de Pedro Ypiña, un artista de origen salvadoreño que se ha enamorado de la belleza de Honduras.
El deseo por la pintura despertó en él desde la niñez. “Recuerdo que cuando tenía nueve años hacía mandados o trabajos a gente cercana que me lo pedía y me pagaban por ello y con ese dinero lo primero que compre fue un juego de pinceles, eran un tesoro para mí”, comentó Pedro.
Anhelo
A pesar de la falta de recursos económicos siempre hubo oportunidades que la vida le presentó para aprender más sobre la pintura. “Me considero autodidacta, pero recibí mucha influencia del pintor Carlos Cañas, ya que él me involucró en un proyecto que realizaba en el Teatro Nacional de San Salvador, posterior a eso él me enseñó mucho sobre las diversas técnicas”.
El trabajo que realiza Pedro es figurativo y abstracto y afirma que por medio de la pintura disfruta plasmar todos los pequeños detalles que componen la vida. “Me fascina plasmar emociones como la alegría, la esperanza y también darle otra cara a sentimientos como el odio o el rencor a través del color”. Pedro tiene dos años de residir en Honduras, pero afirma que desea llevar, en este país, a un siguiente nivel su pasión por la pintura.
Más de 30 años de pasión por la pintura avalan el trabajo vanguardista de Pedro Ypiña, un artista de origen salvadoreño que se ha enamorado de la belleza de Honduras.
El deseo por la pintura despertó en él desde la niñez. “Recuerdo que cuando tenía nueve años hacía mandados o trabajos a gente cercana que me lo pedía y me pagaban por ello y con ese dinero lo primero que compre fue un juego de pinceles, eran un tesoro para mí”, comentó Pedro.
Anhelo
A pesar de la falta de recursos económicos siempre hubo oportunidades que la vida le presentó para aprender más sobre la pintura. “Me considero autodidacta, pero recibí mucha influencia del pintor Carlos Cañas, ya que él me involucró en un proyecto que realizaba en el Teatro Nacional de San Salvador, posterior a eso él me enseñó mucho sobre las diversas técnicas”.
El trabajo que realiza Pedro es figurativo y abstracto y afirma que por medio de la pintura disfruta plasmar todos los pequeños detalles que componen la vida. “Me fascina plasmar emociones como la alegría, la esperanza y también darle otra cara a sentimientos como el odio o el rencor a través del color”. Pedro tiene dos años de residir en Honduras, pero afirma que desea llevar, en este país, a un siguiente nivel su pasión por la pintura.
