25/04/2024
02:29 AM

'Crónicas y reportajes históricos”

  • 19 abril 2017 /

Disfrute la lectura de uno de los reportajes del libro que Blanca Moreno publicará el 4 de mayo.

San Pedro Sula, Honduras.

La periodista y escritora hondureña Blanca Moreno plasmó en el libro Crónicas y reportajes históricos textos que muestran la transición que ha sufrido la lengua española.

Como antesala al Día del Idioma Español, que se celebra el 23 de abril, Moreno cedió a LA PRENSA uno de los reportajes de su libro. Esta obra fue posible gracias a cinco años de investigación de Blanca en bibliotecas de Europa y México. El libro será lanzado en Honduras el 4 de mayo.

La primera gramática castellana

El castellano fue una lengua vulgar, pues no tenía reglas, hasta que el 18 de agosto de 1492 Antonio de Nebrija publicó la primera gramática castellana. Antes y después de esta fecha, largo fue el recorrido para la transformación del latín al español, pasando por el romance y el castellano, con las influencias árabe, judía y los vocablos del continente americano.

Por influencia de sus confesores, Hernando de Talavera y Francisco Jiménez de Cisneros, la reina Isabel de Castilla patrocinó la obra de Elio Antonio Martínez de Nebrija, humanista y catedrático de Salamanca. Pero antes, doña Isabel hojeó el manuscrito y preguntó: “¿Para qué puedo aprovechar dicha obra?”.

En el prólogo explicó Nebrija:

“... el mui reverendo obispo de Ávila me arrebató la respuesta, i respondiendo por mi dixo: después que Vuestra Alteza me- tiese debaxo de su iugo muchos pueblos bárbaros i naciones de peregrinas lenguas, i con el vencimiento aquellos temían necessidad de recebir las leis que el vencedor pone al vencido y con ellas nuestra lengua, entonces por este mi Arte podrían venir en el conocimiento della...

... el muy reverendo obispo de Ávila me arrebató la palabra y respondiendo por mí, dijo: Después que Vuestra Alteza metiese bajo su yugo muchos pueblos bárbaros y naciones de peregrinas lenguas y con el vencimiento aquellos tenían necesidad de recibir las leyes que el vencedor pone al vencido y con ellas nuestra lengua...

Biográfico

Antonio Martínez Calá nació en Lebrija, Sevilla, y es más conocido como Elio Antonio de Nebrija; estudió Humanidades en Salamanca y fue alumno del italiano Martín Galeoto en la materia de gramática latina. Sabía latín, griego y hebreo. Era geógrafo, historiador, astrónomo, cosmógrafo y matemático. Impartió cátedra en las universidades de Salamanca y Alcalá de Henares y su legado fue la división de la gramática en ortografía, prosodia, etimología y sintaxis. Por ese tiempo, los escribanos y amanuenses cobraban por página y se hacían sus buenos maravedís con unas cuantas palabras escritas con mala ortografía, aprovechando que el pueblo no sabía leer, mucho menos escribir.

En 1517, Nebrija publicó las Reglas de ortografía castellana, un complemento de su gramática. Y fue así que el romance — derivado del latín— se convirtió en castellano y, con el tiempo, en la lengua española que hablamos más 400 millones de personas.

Es a partir del siglo XVI que se empieza a usar la j, en lugar de la x: dejar por dexar, Xerez, Jerez...

La lengua castellana tuvo su mayor expansión en América. Muchas voces indígenas fueron adoptadas por los españoles y, con la fundación de universidades en el Nuevo Mundo, el castellano se oficializó.

El primer centro de estudios superiores se fundó en 1551 en la Nueva España (México), 21 años después de la llegada de la imprenta. En Perú funcionaron dos universidades: en Cuzco y en Lima.

Cabe destacar que los miembros de las órdenes religiosas evangelizaron en castellano, lo que contribuyó a la unificación del idioma. Incluso recuperaron y tradujeron documentos de los pueblos del Nuevo Mundo, que habían destruido los conquistadores.

Durante los siglos XVI y XVII se escribieron otras gramáticas, corrigiendo y reformando la de 1492, que no se reeditó, pero sí fue la base de las posteriores. La Real Academia Española (RAE), con sede en Madrid, fue fundada en 1713 por Juan Manuel Fernández de Pacheco, VIII marqués de Villena. Su objetivo: “fijar voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza”.

Yuso y Suso: la cuna del castellano. San Millán de la Cogolla. En los vetustos monasterios de Yuso y Suso se plasmaron las raíces de la lengua castellana.

En Suso (del latín sursum, que significa arriba), habitó en el siglo VI un eremita de Berceo que con el tiempo sería conocido como San Millán (473-574). Luego de su muerte, sus seguidores preservaron sus restos y la celda en que vivió, convirtiéndola posteriormente en monasterio. Este disponía de un escriptorio donde los monjes copiaban los manuscritos inservibles y hacían copias de otros volúmenes.

Para resolver las dificultades de comprensión de un texto en latín, un monje anónimo anotó en el margen derecho del folio 72 del Códice 60 las Glosas Emilianenses en romance y vasco, como hablaban los campesinos, soldados y ellos mismos. Este se considera como el primer texto escrito en castellano primigenio, por lo que San Millán es conocido como la “Cuna de la Lengua”.

Estudiosos de la lengua castellana descubrieron que el Códice 46 del monasterio de Suso —que se terminó de copiar el 13 de junio de 964 y cuyo original se encuentra en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia de Madrid—, aclara enigmas de la Edad Media. Es un diccionario enciclopédico de veinte mil artículos que recoge el saber de la época de la A a la Z. El monasterio de Suso sufrió saqueos e incendios, por lo que todos los manuscritos, al igual que los restos de San Millán, fueron trasladados en 1053 al monasterio de Yuso (abajo, en castellano antiguo). El monasterio de Yuso es manejado por los monjes agustinos-recoletos desde hace dos siglos.

El monje Jesús Lerena nos mostró la biblioteca y el archivo del monasterio, donde hay alrededor de 300 documentos originales que se conservan adecuadamente.

En los estantes están colocados ejemplares raros como el Evangeliario de Jerónimo Nadal impreso en Amberes, Bélgica, en 1595. También el Summa Casuum, de Bartolomeu de Sancto Concordio, un incunable editado antes de 1475 y del cual solo se publicaron cinco ejemplares.

En el fondo de los estantes se encuentra una puertecita con llave. Este es el «infernillo», igual al que existe en la Apostólica Romana, donde guardaban los libros prohibidos.

Lerena nos comentó que Gonzalo de Berceo (1197-1264) escribió aquí sus primeras obras; oriundo de San Millán de la Cogolla, Berceo fue un escritor y religioso que contribuyó mucho al desarrollo del castellano. Tanto Suso como Yuso fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997, en vista de sus riquezas históricas, artísticas y lingüísticas.