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05:22 PM

La foto de una niña bebiendo de un charco conmueve en las redes

  • 19 diciembre 2017 /

La triste escena se ha viralizado en las redes.

Argentina.

La foto de una niña tomando agua de un charco ha conmocionado las redes, la imagen es desgarradora.

La foto fue tomada en la localidad de Posadas, Argentina, en donde se vive pleno verano, con temperaturas que alcanzan los 40°C.

La imagen fue viralizada en las redes por el joven Miguel Ríos, quien compartió la triste escena para enviar un mensaje a la sociedad.

“Mientras el país se prende fuego, esta niña guaraní se hidrata desde el suelo. Algo estamos haciendo mal como sociedad, ¿no?”, posteó en horas de la noche.

Foto: La Prensa

Foto Facebok Migue Rios.
A raíz de algunas críticas que recibió por la publicación, Ríos sostuvo que su intención fue que “de una vez por todas se tome debate social respecto a un problema que muchas veces como nadie reclama nada, no se hace nada, y los que deberían hacer algo, se llenan los bolsillos”. Y agregó que “es una foto para cuestionarnos muchas cosas y que se den cuenta de una vez por todas que ellos no eligen vivir así, sino que la situación en que viven los llevó a eso”.

En otro posteo, Ríos aclaró que los mbyá fueron asistidos por el autor de la foto. Sobre la foto, dijo: “Yo tomé la decisión de subirla en mi Facebook para que tomen conciencia de una vez por todas, es la realidad que estamos viviendo. Creo que la mejor manera de protestar es esta, ya que los que deberían encargarse de ellos el único interés que tienen es de robar. Dejemos de tapar el sol con la mano y de una buena vez que se hagan cargo o, si no, salgamos a escracharlos!”.

La foto fue publicada el 14 de diciembre y ya ha sido compartida más de 2,700 veces, además de generar todo tipo de comentarios.

La pequeña es una de muchos niños mbyá guaraníes que viven estas condiciones precarias.

Medios argentinos explican que la etnia mbya viaja a Posadas para vender sus productos, principalmente artesanías, y deben vivir durante días en los parque porque no cuentan con albergues. Mientras los padres de familia venden sus productos, los niños se instalan en los semáforos a mendigar. Viven de la solidaridad y de la asistencia que le hacen llegar desde la Iglesia.