Choluteca.
Al observar que había matado a la madre de sus dos hijos adolescentes, Ordóñez Portillo se infirió un tiro en la cabeza que lo dejó grave.
Una discusión originada por los celos culminó en una tragedia que tiene consternadas a dos familias y a los habitantes del municipio de Orocuina, Choluteca.
La regidora de dicho municipio, Marleny Alejandra Fúnez Aguilera (44), fue asesinada por su esposo Pablo Rolando Ordóñez Portillo (47), quien posteriormente se suicidó.
Según la versión de testigos, a eso de las 8:30 am de ayer, la pareja comenzó una discusión a raíz de un mensajito que recibió la regidora en su celular.
Ambos estaban en la Ferretería San Andrés, en un pequeño centro comercial propiedad de la regidora, quien durante 12 años vivió junto a su esposo en Estados Unidos y al regresar al país comenzaron su actividad comercial.
En medio de la discusión provocada por los celos, Ordóñez Portillo se fue a su habitación a traer su pistola calibre nueve milímetros y le infirió cuatro tiros a su esposa, cuyo cadáver quedó tendido en el suelo, cerca de la caja registradora, pues ella atendía a los clientes.
 En el interior de una ferretería, propiedad de la regidora, en Orocuina, Choluteca, ocurrió el lamentable hecho.
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Los vecinos que escucharon las detonaciones se trasladaron a la ferretería y encontraron a la regidora ya muerta y a su esposo aún con vida.
El clase I Magín Martínez declaró que los vecinos dijeron que eran como las 9:00 am cuando escucharon los cinco disparos; al llegar descubrieron la tragedia y alertaron a las autoridades.
“Cuando llegamos ella estaba muerta y él estaba agonizando. Se hicieron presentes una enfermeras del centro de salud para brindarle los primeros auxilios.
Fue trasladado en la misma ambulancia del centro de salud al Hospital del Sur y le pusimos dos policías para que abrieran camino, pero en el trayecto falleció”, agregó.
René Osorto, alcalde de Orocuina, lamentó la tragedia y contó que la regidora estaba apoyando un programa educativo en el que se impartían clases de inglés a unos 30 jóvenes sin hacer ningún pago.
“Como compañera regidora era buenísima en la proyección y administración del municipio”, comentó.
Los cuerpos fueron trasladados a la morgue de Tegucigalpa y ayer fueron reclamados.
 Familiares de la regidora lamentaron que los celos de Pablo Ordóñez Portillo hayan terminado con su vida y la de su esposa.
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