España.
“Las alergias y las intolerancias alimentarias son cada vez más frecuentes. En ocasiones los términos son empleados indistintamente lo cual supone un error de primera magnitud que puede ocasionar un importante problema de salud. Es, por lo tanto, imprescindible diferenciar la alergia alimentaria de la intolerancia alimentaria”, advierte la endocrina Dolores del Olmo.
La alergia alimentaria se produce por reacciones inmunológicas frente a una o varias proteínas contenidas en el alimento.
El cuerpo responde de una manera anormal frente a estos alergenos produciendo una respuesta inmune mediada, la gran mayoría de las veces, por inmunoglobulina E (IgE), aunque también pueden estar implicadas otras reacciones inmunológicas.
Este problema se diagnostica con pruebas específicas. Para diagonsticar las alergias existen pruebas diagnósticas específicas (test cutáneos, determinación de IgE, etc), el único método fiable para el diagnóstico de las intolerancias es la recogida exhaustiva de información en un diario, apuntando la ingesta de los alimentos y la reacción.
Las alergias causan reacciones graves, cutáneas, gastrointestinales y respiratorias, de forma inmediata, pueden llevar a la muerte.
Diferente
Las intolerancias alimentarias, no son reacciones inmunológicas, se trata de respuestas negativas a la ingesta de ciertos alimentos que no están mediadas por inmunoglobulinas.
El término intolerancia alimentaria se usa hoy en día de forma muy amplia e incluye cualquier síntoma desagradable relacionado con algún alimento: gases, distensión abdominal, diarrea, cefalea y otris síntomas.
Las intolerancias ocasionan síntomas inespecíficos como gastrointestinales; horas, o incluso días después de ingerido el alimento.
