Mantenga sus uñas radiantes y saludables

Tenga cuidado al someterse a una manicura y pedicura, ya que tiene riesgo de contraer alguna infección aguda por fisuras y cortes derivados de la eliminación de cutículas o de pieles

  • 30 ago 2015

España


Llega el calor insoportable, y además, la vestimenta veraniega y el uso de sandalias, no sólo para combatir las altas temperaturas sino por las ganas de lucir unas uñas radiantes.

¿Sueles hacerte la manicura y pedicura en un centro de estética? Atentos a estas precauciones y toma nota de algunos consejos para el cuidado de sus uñas en casa.

El cuidado de las uñas de pies y manos se convierte en la época estival en una de las peticiones más solicitadas en los salones de belleza; sin embargo, muchas chicas optan por cuidarlas en su propia casa.

Además, aumenta el número de hombres que acuden a estos establecimientos para recibir un cuidado de uñas completo y profesional.

En el caso de apostar por los servicios especializados en los centros de manicura hay que andarse con cuidado porque existe el riesgo de contraer alguna infección aguda por fisuras y cortes derivados de la eliminación de cutículas o de pieles.

Montserrat Salleras, una dermatóloga que trabaja en el Hospital Universitario Sagrado Corazón y en su Clínica Dermatológica Salleras (Barcelona) quien asegura que suele tener bastantes visitas a su consulta por este motivo.

Riesgos

La doctora Salleras apunta que normalmente no suelen producirse problemas importantes salvo que tanto el cliente como el profesional reciban una exposición frecuente a los rayos ultravioleta o a los productos químicos utilizados en estos establecimientos.

Estos son los principales riesgos que enumera la dermatóloga en cuanto a los clientes:

1. Si se produce un aporte de entrada tras un pequeño corte, cabe la posibilidad de que acceda una bacteria y se produzca lo que Salleras denomina “paroniquia o panadizo”. Esto suele producirse cuando se apartan o eliminan las cutículas, una técnica agresiva que puede dejar sin protección a la raíz proximal de la uña.

2. Los disolventes y acetonas empleados para la eliminación de las lacas y siliconas pueden acarrear infecciones de la uña por bacterias, hongos o virus y disminuir la calidad de la lámina ungueal: puede perder su brillantez, volverse opaca o puede presentarse con fisuras o escamativa. Si ocurre esto se forma un círculo vicioso: “tienes que volver a pintar y proteger la uña para que no se note como está y entonces se pueden volver más frágiles“.

3. La exposición a los rayos ultravioleta puede ser perjudicial si se realiza en exceso o si el cliente está recibiendo algún tratamiento mediante fármacos fotosensibilizantes; puede producirse un daño en la uña similar al de una quemadura.

4. Reacciones alérgicas aunque es poco frecuente porque los productos siempre se testan a través de muchas pruebas.

5. Cáncer si se someten a manicuras de una forma excesiva.

Además, no hay que olvidar a los profesionales que trabajan en estos centros de estética porque son los que pueden acarrear los problemas más serios:

◾La utilización de rayos ultravioleta un día al mes no supone riesgos, pero los trabajadores al estar expuestos diariamente puede dañar la piel de sus manos.

◾Lo mismo ocurre con el contacto excesivo con los productos químicos empleados en los servicios que ofrecen estos centros: “durante el primer trimestre de embarazo es recomendable no trabajar para que no sufran ningún riesgo de aborto”, subraya la dermatóloga.

Hidrata, esmalta y no se muerdas las uñas

Salleras pertenece a la Academia Española de Dermatología (AEDV) y aconseja la aplicación de esmaltes a la uña porque “la protegen de la sequedad y del sol”. Además como dato curioso, añade que el esmalte de color rojo es el que mejor protege de los rayos de la luz solar.

Los esmaltes funcionan como protectores de envejecimiento de la uña de igual manera que los solares protegen la piel. Sin embargo, Salleras advierte la importancia de elegir siempre esmaltes fiables que no resulten agresivos.

Asimismo, recomienda la hidratación de las uñas como un buen método para su cuidado: “si una persona no suele utilizar esmaltes también puede hidratar sus uñas mediante un emoliente específico para éstas”.

Respecto a las personas que se someten a quimioterapia o ya portan algún tipo de enfermedad en la piel (psoriasis, eccemas o líquenes) que afecte a las uñas, la doctora aconseja que sea un dermatólogo quien de las pautas de su cuidado.