La vida social podría ser la clave para la prevención del suicidio en las mujeres

La depresión es una enfermedad que algunas mujeres pueden padecer, pero mantiendo buenas relaciones de amistad puede prevenir el suicidio

  • 31 jul 2015

Estados Unidos

Las mujeres de mediana edad con una vida social sólida se enfrentan a un riesgo de suicidio significativamente más bajo que las que viven en un aislamiento relativo, sugiere una investigación reciente.

Además, se encontró que las amistades y las actividades externas ofrecían protección contra el suicidio incluso entre las mujeres que afrontaban problemas de salud mental, como la depresión.

' El suicidio es una de las principales causas de mortalidad en las mujeres (estadounidenses) de mediana edad, y en los últimos años ha aumentado', dijo el autor líder del estudio, el doctor Alexander Tsai, profesor asistente de psiquiatría del Centro de Salud Global del Hospital General de Massachusetts, en Boston.

Además de la enfermedad mental, es probable que muchos factores contribuyan al suicidio, planteó Tsai. 'Por ejemplo, nuestras redes sociales se estrechan cada vez más, y la cantidad de mujeres que dicen ahora que no tienen nadie con quien hablar sobre las cosas importantes se ha triplicado en las dos últimas décadas'.

Dijo que el resultado 'es que encontramos que el aislamiento social pone a las mujeres de mediana edad en un riesgo más alto de suicidio'.

Tener relaciones sociales protege, concluyeron los investigadores.

'Eso no solo significa amistades, sino también simplemente estar involucrado con gente de la comunidad fuera de la familia inmediata, a través de cosas como asociaciones del vecindario o grupos religiosos', explicó Tsai.

Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 29 de julio de la revista JAMA Psychiatry.

La cantidad de mujeres de mediana edad de Estados Unidos que se suicidan ha aumentado un 30% en la última década, según las notas de respaldo del estudio.

Aunque las mujeres son menos propensas que los hombres al suicidio, el aumento observado en las mujeres fue mayor en esos 10 años que el aumento observado en los hombres, dijeron los investigadores.

Con la esperanza de comprender mejor qué lleva a las mujeres de mediana edad a suicidarse, el estudio actual observó datos sobre casi 73,000 enfermeras de 46 a 71 años de edad. Se dio seguimiento a todas entre 1992 y 2010 como parte de una investigación en curso, el Estudio de salud de las enfermeras. Completaron formularios sobre el estilo de vida cada dos años.

El grado en que las mujeres parecían estar 'socialmente integradas' se basó en varios factores, que incluían el estado civil, el tamaño de su red social, el nivel de contacto con otras personas, y la membresía en organizaciones sociales.

Entonces, los resultados se compararon con los patrones de suicidio. Los investigadores concluyeron que, durante el periodo de más o menos dos décadas del estudio, las mujeres que tenían una vida social relativamente vibrante eran tres veces menos propensas a morir por suicidio que las que vivían en un aislamiento relativo, independientemente de los problemas de salud mental o física.

'Esto subraya el hecho de que para el bienestar emocional permanecer socialmente activo es importante', dijo Tsai. Pero reconoció que algunas personas tienen más dificultades para conocer a gente y hacer amistades que otras, y dijo que hay medios para remediarlo.

'La psicoterapia con frecuencia puede ayudar tanto a las mujeres como a los hombres a resolver problemas para fortalecer sus vínculos sociales', afirmó Tsai.

El doctor Eric Caine, director del Centro de Investigación sobre el Control de las Lesiones para la Prevención del Suicidio del Centro Médico de la Universidad de Rochester, en Nueva York, dijo que los hallazgos indican que contar con una red social muy conectada puede tener un potente efecto protector.

'Aunque tengamos muchos deseos de comprender las bases cerebrales de los problemas psiquiátricos que contribuyen al suicidio, también debemos enfocarnos en los factores sociales que influyen', planteó.

'Este tipo de trabajo de verdad nos invita a investigar más', añadió Caine. Apuntó que los patrones del suicidio son complejos y que varían de forma significativa según el sexo, los grupos de edad y las culturas.

La mayoría de personas con depresión mayor no mueren, añadió. 'Esto crea la pregunta de por qué las personas con depresión mayor, que creen que la vida no vale la pena, permanecen vivas', comentó Caine.

'Con frecuencia, parece tener algo que ver con el respaldo social', sugirió. 'Parece claro que necesitamos gente a nuestro alrededor que nos ayude con las inevitables adversidades de la vida'.