El poder nutritivo del aloe vera

Esta planta puede usarse para aliviar las quemaduras, pero puede incluirse en la comida

  • 24 abr 2015

España


El gel que se esconde en la hoja del aloe vera no solo es bueno para recuperar la piel de quemaduras y cicatrices, también se revela como un complemento alimenticio de extraordinarios efectos beneficiosos para el organismo.

Cuando se pela la hoja de una planta de aloe vera se obtiene una gelatina incolora, insípida e inodora que, preparada y añadida a un zumo, a un gazpacho, a una salsa o a cualquier otro alimento, puede reforzar el sistema inmunológico al incrementar la producción de linfocitos, algo muy recomendable, por ejemplo, para las personas que se han sometido a un tratamiento de quimioterapia.

Pero también palía la pérdida de hierro (es el alimento del mercado que más hierro tiene después de las almejas y los berberechos) y proporciona fibra favoreciendo así el tránsito intestinal.

El catedrático de química orgánica de la Universidad de Cádiz, Francisco Macías, lleva dedicado al estudio del aloe vera más de una década y por eso destaca su alto potencial nutritivo, además de su probado efecto como recuperador de la epidermis al ser utilizado como producto de uso tópico y planta medicinal durante siglos.


Una planta de aloe vera contiene lípidos (ácidos grasos insaturados que se eliminan con facilidad), fibra, proteínas y oligoelementos como calcio, sodio, potasio, hierro y germanio. “Las hojas de aloe vera albergan un 98 por ciento de germanio orgánico”, asimilable por el organismo y que produce una “sensación de recuperación” al reforzar las defensas, apunta el experto.

Macías explica que la apuesta por el aloe vera se hace desde una doble vertiente: la farmacéutica y la alimenticia, lo que llama el “nutracéutico” o alimento que tiene propiedades para el bienestar del cuerpo. Otros ejemplos de nutracéuticos son los yogures que ayudan a bajar el nivel de colesterol o los preparados lácteos para aumentar las defensas del organismo.

Cómo extraer el gel

Si usted posee una planta de aloe vera puede utilizar sus hojas cuando tengan unos tres años. El procedimiento consiste en cortar la hoja y quitar la corteza externa. De ahí se extrae el gel transparente, se tritura y filtra.

“Cuando la hoja no está bien cortada, ni preparada puede que las aloínas den un olor raro y pueden dejar un regusto amargo. Eso se puede nivelar con otros ingredientes ya que el aloe siempre se contempla como parte o complemento de un alimento, no para comerlo solo”, afirma el catedrático.

La otra opción es comprar la hoja de aloe vera envasada y con una etiqueta que marca su contenido calórico, las proteínas, los aminoácidos…y la forma de conservarlo. “En algunos lugares ya se vende pero la idea es popularizarlo y que llegue a las grandes superficies”, señala Macías.

Y para eso se han unido productores de aloe vera en Andalucía y han creado Asocialoe (Asociación Nacional de Empresarios del Aloe) presidida por Andrés López Raya con el fin de expandir el cultivo de esta planta medicinal, organizar el sector y crear una denominación de origen para un producto que, asegura, puede ser rentable.

La producción en España se centra en Canarias y en Andalucía y se presenta como una nueva alternativa de cultivo en terrenos de clima seco y templado. Una hectárea puede albergar unos 80.000 kilos de aloe vera. Cada planta de 2 a 3 años puede producir entre 10 y 15 kilos de hoja fresca para su consumo y para uso en la industria de la alimentación, cosmética e, incluso, textil.

El mercado europeo (Alemania es el mayor consumidor del mundo) es el objetivo a alcanzar ya que consume el 20 por ciento de la producción mundial.

Andrés López Raya es asimismo consejero delegado de la empresa “Las Coronas”, ubicada en Carmona (Sevilla), que transforma la hoja del aloe en zumo para servirlo puro o como ingrediente de bebidas isotónicas, refrescos, yogures, gazpachos, salmorejo…Y también distribuyen la hoja fresca empaquetada al vacío que ya utilizan algunos reconocidos restaurantes de Sevilla, Córdoba, Madrid o Cataluña.

En la cocina

En la cocina de Sergi Arola probaron el aloe vera “marinado”, como guarnición de un carpaccio, y en zumo para un postre: “Espuma de aloe vera con crema de la fruta de la pasión”, el más solicitado de la carta, explica el jefe de cocina Manuel Berganza, quien recomienda tener el gel en remojo y pasarlo varias veces por agua para quitarle el amargor.

En el restaurante “Los Baltazares”, el aloe vera se ha convertido en un ingrediente muy utilizado, el “quinto sabor”, como lo define Juan Carlos Fernández, jefe de cocina de este local de Dos Hermanas (Sevilla).

“El aloe vera no tiene sabor, tiene propiedades”, explica el cocinero quien elabora una base de crema con este gel que agrega al gazpacho, a la besamel de las croquetas, a la vinagreta de una ensalada o, incluso, en la coctelería, en especial en los gin-tonic.

Los clientes se interesan por estos platos de aloe y en el restaurante les explican los efectos beneficiosos para las digestiones y el tránsito intestinal.

Las posibilidades del aloe vera como complemento de la dieta son cada vez mayores y eso que es la cuarta planta a nivel mundial que más se utiliza para productos transformados (286, según Asocialoe). Una versatilidad ya presente desde los orígenes de la humanidad.


Receta de Alcachofas a los Baltazares con aloe vera

Ingredientes: alcachofas baby, gambas peladas, taquitos de jamón, caldo de pollo, manzanilla, maizena, jugo de aloe vera (licuado con limón), colorante, sal, pimienta y ajo.

Elaboración: Se pelan las alcachofas y se blanquean en abundante agua. Se apartan sumergiéndolas en aceite de oliva. En una sartén con un poco de aceite de oliva se sofríe ajo y cuando empiece a dorar agregamos los taquitos de jamón y las gambas. Rehogamos y lo regamos con una copa de manzanilla. Cuando el alcohol se evapore, añadimos un vaso de caldo de pollo y una cucharadita de colorante alimentario. Cuando hierva, le llega el turno al jugo de aloe vera, un vaso. Removemos el guiso y espesamos con maizena al gusto.