San Pedro Sula, Honduras
Reutilizar el aceite es un hábito que tienen muchísimos cocineros, tanto en sus hogares como en sus restaurantes.
Si bien, ciertamente, es un ingrediente que se puede reciclar varias veces, nunca se debe llegar al punto de aprovecharlo hasta su último suspiro. El aceite, independientemente de su procedencia, puede llegar a ser hasta nocivo si se sigue exponiendo al calor para freír alimentos, por eso es mejor conocer cuándo ya no puede dar más y desecharlo como debe ser.
Estos son indicios de que el aceite ya no es apto para el consumo por el bien de la salud.
Echa humo muy rápido
Luego de hacer varias frituras con el mismo aceite, este tiende a emanar humo más rápido de lo habitual. Aunque cada variedad tiene una temperatura determinada para comenzar a quemarse, cualquiera de ellos debe quedar descartado si esto ocurre a los pocos minutos de calentarlo. Esto, definitivamente, es mala señal.
Tiene demasiadas partículas quemadas. Por más que se cuele un aceite, si ya ha estado en contacto con partículas de alimentos quemados es probable que se haya infectado con toxinas dañinas. Lo ideal es colarlo para evitar residuos, y esa es una tarea difícil de ejecutar. Principalmente, si se trata de frituras como alimentos empanizados o rebozados, que suelen botar mucha harina durante la cocción.
Se oscurece o hace espuma. Después de freír alimentos como carne de res empanizada o pollo frito en repetidas ocasiones, el aceite empieza a formar una espuma y se oscurece. Esto quiere decir que puede tener restos carbonizados o exceso de agua, entre otros motivos. Por ello se debe desechar.
Huele a rancio
Un indicativo infalible es el olor. De por sí el aceite suele tener un olor muy neutro, sin embargo, cuando ya está adulterado por sustancias indeseadas adquiere un olor rancio que estropea la comida y genera estragos en la salud del consumidor. Por más que el aceite sea costoso o poco accesible es mejor reutilizarlo cuando aún esté en buenas condiciones.