Una técnica centenaria podría ayudar a las parejas estériles a concebir sin FIV

Este se basa en irrigar las trompas de Falopio con aceite de semilla de amapola yodado

Estados Unidos


Un tratamiento médico de 100 años de antigüedad podría ayudar a las mujeres estériles a quedar embarazadas sin someterse a una costosa fertilización in vitro (FIV), sugiere un nuevo estudio.

El método se utilizó por primera vez en 1917, y conlleva irrigar las trompas de Falopio de una mujer con aceite de semilla de amapola yodado.

'En el último siglo, las tasas de embarazo entre las mujeres estériles han aumentado, según los informes, después de que sus trompas se irrigaran con agua o aceite durante' una prueba de contraste de las trompas de Falopio bajo radiografía, explicó el investigador líder del estudio, Ben Mol, de la Universidad de Adelaida, en Australia.

'Hasta ahora, no ha estado claro si el tipo de solución utilizada en el procedimiento influía en el cambio en la fertilidad', dijo Mol en un comunicado de prensa de la universidad.

'Nuestros resultados han sido más emocionantes de lo que hubiéramos podido predecir, y ayudan a confirmar que una técnica médica antigua sigue teniendo un lugar importante en la medicina moderna', añadió.

El estudio incluyó a más de 1,100 mujeres que recibían tratamiento por esterilidad y cuyas trompas de Falopio se irrigaron con el aceite de semilla de amapola o con agua.

Ocurrieron embarazos exitosos en un plazo de seis meses en casi un 40%o de las mujeres en el grupo del aceite y en un 29% de las del grupo del agua, reportaron los investigadores en la edición del 18 de mayo de la revista New England Journal of Medicine.

El aceite de semilla de amapola utilizado en el estudio está disponible en 47 países de todo el mundo, anotaron los autores.

'Las tasas de embarazos exitosos fueron significativamente más altas en el grupo del aceite, y tras apenas un tratamiento', dijo Mol. 'Se trata de un resultado importante para las mujeres que no han tenido otra opción que buscar la FIV. Ofrece nuevas esperanzas a las parejas estériles'.

Pero 'en realidad aún no comprendemos por qué hay un beneficio, solo que esta técnica tiene un beneficio, en particular para las mujeres que no presentan ningún otro síntoma de esterilidad tratable', apuntó Mol.

'Se debería realizar más investigación sobre los mecanismos subyacentes de lo que vemos. Por ahora, y tomando en cuenta que la técnica se ha utilizado durante 100 años sin ningún efecto secundario conocido, creemos que es un tratamiento viable para la esterilidad antes de que las parejas busquen una FIV', planteó.

'No solo hay un beneficio conocido, sino que este procedimiento de irrigación también cuesta una fracción de lo que cuesta un ciclo de FIV. Dado que un 40 por ciento de las mujeres en el grupo del aceite lograron un embarazo exitoso, eso es un 40 por ciento de parejas que podrían evitar tener que afrontar los inmensos costos y emociones asociados con la FIV', concluyó Mol.

Dos especialistas en la esterilidad dijeron que el método podría tener un mérito real.

'Hay dos factores que hemos sabido durante décadas. El primero es que las pacientes que no pueden concebir durante un periodo prolongado con frecuencia quedan embarazadas por su cuenta tras recibir una radiografía del útero con contraste', anotó el Dr. Avner Hershlag, jefe de Northwell Health Fertility en Manhasset, Nueva York.

'El segundo es que, cuando la radiografía se hace con un contraste soluble [en grasa] en lugar de un contraste soluble en agua, la tasa de embarazos espontáneos es más alta', añadió. La investigación australiana sostuvo ambos hechos.

Hershlag dijo que la principal contribución del nuevo estudio es 'la gran población y los cuidadosos controles realizados, lo que lo convierten en una buena observación científica'.

El doctor Tomer Singer es director de endocrinología reproductiva y esterilidad en el Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York. Se mostró de acuerdo en que 'este es un estudio muy bien diseñado que confirma lo que, como endocrinólogos reproductivos, hemos sabido durante años, y reitera la importancia de evaluar cada parte de los órganos reproductivos antes de iniciar cualquier tratamiento contra la esterilidad, ya sea la inseminación o la FIV'.

Singer dijo que los hallazgos podrían ser un poco distintos en Estados Unidos, donde no todo el mundo puede recibir tratamientos de fertilidad cubiertos por un seguro. También apuntó que las parejas en el estudio tendían a ser más jóvenes que las atendidas en la mayoría de clínicas de Estados Unidos.

Pero el procedimiento utilizado en el estudio es bien conocido, señaló Singer.

'En nuestro centro, incluimos rutinariamente una prueba de las trompas de Falopio, por motivos tanto diagnósticos como terapéuticos. Lo tradicional es hacerlo entre los cinco y los doce días del periodo menstrual', dijo. 'Aconsejamos a las pacientes que, una vez se realiza, deben intentar concebir por su cuenta o con asistencia en los próximos meses'.

Según Singer, 'el motivo de que algunos endocrinólogos reproductivos no usen los contrastes basados en aceite, en comparación con los basados en agua, es el riesgo ligeramente superior de enfermedad inflamatoria pélvica y efectos secundarios'.

Los efectos secundarios pueden incluir un dolor pélvico que dura unas horas o unos días, y que se puede controlar mediante analgésicos de venta libre, dijo Singer. 'Algunas pacientes experimentan una pequeña cantidad de sangrado vaginal, fiebre o escalofríos', añadió. 'Las complicaciones raras del [procedimiento] son una infección pélvica y una reacción alérgica al contraste, ambas muy por debajo de un 1 por ciento'.

En cuanto a Mol, autor del estudio, cree que más parejas deben ser conscientes del procedimiento de irrigación.

'Las organizaciones profesionales responsables de las directrices, los financiadores de la atención de la salud y las clínicas de fertilidad tienen el papel de ayudar a las parejas estériles, haciendo que esta intervención esté disponible para las parejas antes de iniciar la FIV', planteó Mol.

El estudio también se presentó el jueves en el Congreso Mundial de Endometriosis en Vancouver, Canadá.