Mariscos frescos y saludables para todos

El filete de pescado debe presentar un color uniforme y verse húmedo. Las conchas deben abrirse en la cocción

  • 30 mar 2017

San Pedro Sula.

La Semana Santa se acerca y con ella la tradición de comer mariscos, pero debe aprender a conservarlos para evitar una intoxicación alimentaria.

La nutricionista Ana Gutiérrez comenta que durante el verano no se debe cambiar la rutina habitual de la dieta solo porque es el verano y hace calor.

“Dado que la temperatura es mayor, podríamos deshidratarnos más fácil y por ende es importante incluir más líquidos y alimentos altos en contenido de agua para mantener los niveles adecuados de hidratación en el cuerpo”, explica.

No deben eliminarse de la dieta los demás grupos de alimentos que también nos nutren como los granos integrales, proteínas magras, lácteos descremados y grasas saludables.

Consejos

Para que durante esta Cuaresma el desfile de pescados y mariscos llegue a tu mesa recién salido del mar, lo primero que hay que hacer es comprar en los mercados. Ahí suele haber mucha más rotación que en el súper y, por lo tanto, mayor disponibilidad de productos realmente frescos.

El precio alto no es sinónimo de calidad. Busca opciones diversas y opta siempre por lo nacional y lo local, de esa forma no sólo ayudas a la economía, sino que disminuyes la huella de carbono.

Infórmese sobre cuáles especies están en temporada, en: comepesca.com puedes encontrar un calendario de consumo en México, apoyar la pesca adecuada y evitar las variedades en veda.

Algunas recomendacioens de la Agencia de Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, (FDA).

Toma en cuenta

1. Compra en puestos donde las especies estén exhibidas con divisiones, no revueltas.

2. Adquiere los productos marinos justo antes de volver a casa para mantenerlos frescos y evitar romper la cadena de frío.

3. Refrigera (4 °C) aquéllos que vas a usar en poco tiempo (2 días).

4. Retira de la charola de unicel, separa porciones prácticas, coloca en bolsas herméticas con etiqueta de ingreso y congela (-18 °C) hasta por tres meses los que piensas cocinar después.

5. Para descongelar, coloca las porciones que vas a ocupar en el refrigerador. Un kilo tarda 24 horas en descongelarse. Si necesitas rapidez, utiliza el ciclo del microondas.

6. Nunca dejes pescados y mariscos fuera del refrigerador durante más de 2 horas, o más de una hora cuando
la temperatura sea superior a 32 °C.

Pescados

Deben lucir brillosos. A la vista, las agallas deben verse rojas y los ojos saltones.

Al tacto, su carne debe sentirse firme. Al hundir uno de tus dedos sobre la pieza, la carne debe regresar a su posición original.

Rechaza pescados con escamas que se desprenden al tacto y película babosa en la piel.

Evita ejemplares con olor desagradable. Lo ideal es un ligero aroma a mar.

Si compras ejemplares congelados, evita los empaques con escarcha interior. Generalmente, esto es signo de que el producto fue descongelado y se volvió a congelar.

Los filetes deben presentar un color uniforme y verse humectados.

Camarones

Su aspecto debe ser brilloso. Toma en cuenta que los de estero son de color gris y los de mar tienen tonalidades naranjas y cafés.

Al tacto, deben ser firmes, permanecer completamente pegados a su coraza y sentirse completamente fríos.

El aroma debe ser a agua salada. Las notas de amoníaco son signo de descomposición.

Los del océano tienen un sabor más salado e intenso, al cocinarlos sazona con un poco de sal fina y sólo al final.

Su tamaño se rige por peso y la 'U' es unidad por libra. Por ejemplo, un camarón U 36-40 es de un lote que tiene entre 36 y 40 camarones por libra.

Moluscos bivalvos

La concha debe estar intacta y el músculo activo. Desecha todos los ejemplares agrietados o rotos.

Para comprobar que están vivos, haz la 'prueba del golpe'. Almejas, ostras y mejillones se cierran al dar un golpecito a su concha. Si eso no sucede, no los selecciones.

Las conchas deben abrirse durante la cocción; elimina las que no lo hagan.

Los moluscos vivos nunca deben almacenarse en recipientes o bolsas selladas con poca cantidad de aire, pues pueden morir por la falta de oxígeno. Deben cubrirse ligeramente con paños limpios y húmedos para prevenir que se sequen dentro del refrigerador.

No los almacenes directamente en hielo: al derretirse, el agua fresca puede matarlos.

La temperatura óptima para guardarlos ronda los 4 °C, estos ejemplares no sobreviven a la congelación.