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Increíble peregrinaje por el Camino Inca

  • 08 febrero 2016 /

La aventura comienza en el kilómetro 82 de la vía férrea Cusco Machu Picchu.

Perú.

Entregarse al empedrado del Camino Inca, acampar entre las montañas y avanzar durante varios días
hacia la ciudadela de Machu Picchu es una experiencia con la que sueña cualquier senderista de cepa pura.

La mítica senda forma parte de la red de vías cuya construcción fue ordenada por el emperador Pachacútec y que se desarrolló en el siglo 15 para conectar el territorio del Tahuantinsuyo. Actualmente, la ruta más popular en plan viajero es el Camino Clásico a Machu Picchu, cuyos 43 kilómetros se recorren en cuatro días y tres noches.

La aventura comienza en el kilómetro 82 de la vía férrea Cusco Machu Picchu, punto mejor conocido como Piscacucho, situado a tres horas en autobús desde la antigua capital del Imperio Inca. Entre los puntos que abarca la ruta, destacan la comunidad de Huayllabamba, el Valle del río Pacaymayu y el sitio arqueológico de Wiñayhuayna, a donde se llega en el tercer día de recorrido y donde usualmente los senderistas se reúnen en un bar cercano y hacen uso de las regaderas disponibles.

“El segundo día es considerado el más fuerte, porque hay un ascenso de mil 200 metros hasta el abra de Warmiwañusca”, advierte el guía Peter Nordt, “este paso de montaña está a una altitud de 4 mil 200 metros, y el
ascenso toma como cuatro o cinco horas en promedio”.

Foto: La Prensa


Durante el camino, los senderistas duermen en casas de campaña montadas completamente al aire libre, sin embargo, se cuenta con sanitarios portátiles. El menú corre a cargo de los cocineros y, dependiendo del tipo
de paquete contratado, puede haber tantos lujos como se desee: champaña, vino, copas de cristal, un menú gourmet, mesa independiente para comer, colchoneta de plumas para dormir y ducha todos los días.

Cada viajero carga su propia mochila con ropa (son indispensables botas de montaña que protejan los tobillos), más su bolsa de dormir. La agencia se encarga de cargar con las casas de campaña, colchonetas y trastes.

“Es recomendable contratar un porteador, sobre todo para el segundo día, porque así puedes disfrutar más el camino”, dice el guía. Para los senderistas más modestos, también hay rutas de uno o dos días de recorrido, o algunas de siete o nueve días para aquellos realmente apasionados.

“Es apto para todo el mundo, en realidad tú ves en el Camino Inca desde niños hasta personas adultas, pero que definitivamente se han preparado o han hecho otros caminos”, dice Nordt, “realmente también hay que tener una actitud positiva, gusto por la naturaleza y los sitios aislados”.