Noruega.
Pyramiden califica perfectamente como un destino para el turismo negro: se trata de un pueblo fantasma, situado en el Ártico noruego, el cual fue abandonado por sus habitantes a finales de los años 90.
¿Quién querría visitar un sitio así? A decir de los comentarios publicados en el TripAdvisor y las entradas de varios blogs de viaje, el interés por este rincón en la isla de Spitsbergen, en el archipiélago Svalbard, está a la alza.
La historia del pueblo minero se remonta a 1927, cuando la Unión Soviética compró la mina de carbón a sus fundadores, de origen sueco. El sitio se habilitó para la vida en comunidad. En sus mejores años llegaron a vivir unos mil 200 habitantes rusos contratados por la compañía estatal Arktikugol.
'Con huertos y establos para el ganado, producían suficiente carne, verdura, leche y huevos para mantenerse, y el frío no era un problema, puesto que el abundante carbón permitía calentar a todo el pueblo', relata el blog Fronteras.
'El pueblo contaba con cine, piscina, invernadero, guardería, una sala de conciertos y una biblioteca con más de cincuenta mil ejemplares'.
Todo cambió al llegar 1989, tras la caída del bloque socialista. La mina se convirtió en un negocio no rentable y en 1998, los habitantes del pueblo fueron notificados para evacuar Pyramiden en 24 horas.
Permanecieron algunas personas empaquetando maquinaria y otros objetos, hasta que poco a poco quedó vacío.
Pero como ha sucedido con otros pueblos mineros en el mundo, éste ha tenido un renacimiento gracias al turismo.
En 2007, un edificio fue transformado en un hotel de 24 habitaciones, con paneles de madera en las paredes y vodka en el bar. En verano, los curiosos (quienes llegan en barco) contratan los servicios de guías turísticos para recorrer los edificios abandonados, entre ellos Alexander Romanovski, apodado Sasha y oriundo de San Petersburgo, guardián de la ciudad.
Durante este verano, de acuerdo con información de la agencia AFP, ocho rusos trabajan en Pyramiden, en tareas de mantenimiento, en el hotel y como guías.
'Pyramiden es verdaderamente un lugar interesante y hay que entender que se estará visitando un pueblo fantasma antes de llegar. Entre los pocos habitantes el más colorido es, por mucho, Sasha, el guía que lleva a cabo su trabajo con mucho humor', dice un viajero que visitó el lugar en julio, a través de TripAdvisor.
Pyramiden califica perfectamente como un destino para el turismo negro: se trata de un pueblo fantasma, situado en el Ártico noruego, el cual fue abandonado por sus habitantes a finales de los años 90.
¿Quién querría visitar un sitio así? A decir de los comentarios publicados en el TripAdvisor y las entradas de varios blogs de viaje, el interés por este rincón en la isla de Spitsbergen, en el archipiélago Svalbard, está a la alza.
La historia del pueblo minero se remonta a 1927, cuando la Unión Soviética compró la mina de carbón a sus fundadores, de origen sueco. El sitio se habilitó para la vida en comunidad. En sus mejores años llegaron a vivir unos mil 200 habitantes rusos contratados por la compañía estatal Arktikugol.
'Con huertos y establos para el ganado, producían suficiente carne, verdura, leche y huevos para mantenerse, y el frío no era un problema, puesto que el abundante carbón permitía calentar a todo el pueblo', relata el blog Fronteras.
'El pueblo contaba con cine, piscina, invernadero, guardería, una sala de conciertos y una biblioteca con más de cincuenta mil ejemplares'.
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Todo cambió al llegar 1989, tras la caída del bloque socialista. La mina se convirtió en un negocio no rentable y en 1998, los habitantes del pueblo fueron notificados para evacuar Pyramiden en 24 horas.
Permanecieron algunas personas empaquetando maquinaria y otros objetos, hasta que poco a poco quedó vacío.
Pero como ha sucedido con otros pueblos mineros en el mundo, éste ha tenido un renacimiento gracias al turismo.
En 2007, un edificio fue transformado en un hotel de 24 habitaciones, con paneles de madera en las paredes y vodka en el bar. En verano, los curiosos (quienes llegan en barco) contratan los servicios de guías turísticos para recorrer los edificios abandonados, entre ellos Alexander Romanovski, apodado Sasha y oriundo de San Petersburgo, guardián de la ciudad.
Durante este verano, de acuerdo con información de la agencia AFP, ocho rusos trabajan en Pyramiden, en tareas de mantenimiento, en el hotel y como guías.
'Pyramiden es verdaderamente un lugar interesante y hay que entender que se estará visitando un pueblo fantasma antes de llegar. Entre los pocos habitantes el más colorido es, por mucho, Sasha, el guía que lleva a cabo su trabajo con mucho humor', dice un viajero que visitó el lugar en julio, a través de TripAdvisor.
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