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De paseo por el Puente Natural Bebé en Aruba

  • 01 agosto 2015 /

Es una gran experiencia caminar a paso lento por este puente natural que ofrece una vista espectacular.

Aruba.

Al chocar contra las rocas, el sonido de las olas inquieta incluso al valiente del grupo; pero más vale pisar con aplomo porque el viento arrecia. Caminar sobre el Puente Natural Bebé es un pequeño desafío que el viajero acepta con gusto después de gozar la vista que, desde ahí, deslumbra.

Aproximadamente a 10 kilómetros, justamente del otro lado, están las famosas playas de Aruba, esta idílica isla caribeña que pertenece al reino de los Países bajos. Son playas de catálogo, ya se sabe: blanca arena y mares turquesa.

Es una gran experiencia caminar a paso lento por este puente natural, cincelado lentamente durante miles de años por el fuerte y constante golpe de las olas. Aunque la vista es espectacular, los locales aseguran que no se compara a la que existía antes del 2 de septiembre de 2005, cuando el Puente Natural de Aruba, con más de 30 metros de longitud, se derrumbó.

La formación rocosa dejó algunos vestigios, entre ellos el llamado Puente Bebé, que es mucho más chico, con 7.6 metros de largo, pero que rápidamente se convirtió en la nueva atracción favorita de la isla. Es el sitio ideal para tomarse la foto.

Los guías recomiendan no acercarse mucho al mar si no se quiere terminar completamente mojado por alguna ola traicionera que llega de atrás. Si esto sucede, hay que guardar la calma: solo se necesitarán unos cuantos minutos para que los 30 grados del verano arubeño se encarguen de que el viajero quede completamente seco.