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Arizona, un increíble paraíso de roca

  • 10 marzo 2015 /

Magnético como pocos lugares en el mundo, recibe, nada más y nada menos, 4.5 millones de visitantes al año.

Arizona.

Pasear por Arizona se asemeja a pasar las páginas de un interesante libro de geografía. De acuerdo con la Oficina de Turismo de Arizona, el estado 48 de la Unión Americana tiene 3 mil 928 montañas, picos y cumbres. Todo un árido y rocoso paraíso por descubrir.

El Gran Cañón

Foto: La Prensa

De entre todas las formaciones rocosas en Arizona, el rey, por supuesto es El Gran Cañón, considerado como una de las Siete Maravillas del Mundo Natural.

Magnético como pocos lugares en el mundo, recibe, nada más y nada menos, 4.5 millones de visitantes al año. Esta formación rocosa de 446 kilómetros de largo, 29 de ancho y con 1.6 de profundidad ofrece un paisaje sin igual.

Lo más común es visitar el Extremo Sur de El Gran Cañón. Es el predilecto para quienes solo buscan vistas panorámicas o realizar senderismo ligero. Se puede llegar allí, desde Williams, Arizona, por medio del Ferrocarril Grand Canyon.

Cañón del Antílope
No hay estudios que lo comprueben, pero los expertos aseguran que este es uno de los lugares más fotografiados de Arizona. Se trata de un cañón estrechísimo, de ranura, ubicado muy cerca de Page -una localidad al norte del estado de Arizona- y ha sido horadado por el paso de corrientes de agua durante miles de años.

En Page hay que contratar un tour hacia el cañón con una de las distintas agencias, la mayoría suele cobrar alrededor de 40 dólares por persona. Por formar parte de la Reserva de los Indios Navajo, no se puede visitar por cuenta propia.

Para admirar la belleza de este laberíntico lugar, siempre atestado de turistas, hay que ir preparado: llevar lentes, gorra y protección para las cámaras pues las lluvias de arena son frecuentes.

El mejor momento para visitar el Cañón del Antílope suele ser al mediodía, pues la luz del Sol se filtra por sus paredes y provoca colores inolvidables.

Curva de la Herradura

Foto: La Prensa

Ubicado a unos 6 kilómetros al suroeste de Page, Arizona, se trata de un meandro con forma de herradura trazado en las aguas turquesa del Río Colorado. Al verlo por vez primera desde un acantilado, quita el aliento.

Este hipnótico capricho de la naturaleza está flanqueado por paredes rocosas de más de 300 metros de altura. Los visitantes se sientan en las orillas a observarlo mientras la luz del sol va cayendo.

Hay quienes, en Arizona, lo conocen como King Bend, el rey de los meandros. El acceso es completamente gratuito. Desde el estacionamiento, hay que hacer una caminata de unos 10 minutos, por lo que hay que llevar calzado cómodo.

Lo ideal es visitarlo sin prisas. Es solo un paisaje a admirar, pero uno puede perderse en él por horas.