Hablar de Escocia es hablar de música celta, castillos, paisajes imposibles, gastronomía y leyendas de monstruos y valientes soldados que dejan en el viajero un regusto difícil de olvidar.
Todo viajero que se adentre en la magia de Escocia descubrirá unas tierras cargadas de leyenda, cuyos lagos, imponente naturaleza, cultura, historia o gastronomía las hacen irrepetibles.
Castillo de Edimburgo, Escocia
La capital
Su capital Edimburgo, alma turística de este destino, espera con el Castillo de Edimburgo, encaramado en lo alto de un volcán inactivo y situado al final de la Royal Mile. Esta es, según Turismo de Gran Bretaña, “la atracción turística más popular de la ciudad”, que se convirtió en el principal castillo real de Escocia en la Edad Media y ahora alberga las Joyas escocesas de la Corona, la Piedra del Destino, el famoso cañón del siglo XV Mons Meg, la Capilla de Santa Margarita y el Museo Nacional de la Guerra de Escocia.
En esta ciudad -declarada Patrimonio Mundial por la Unesco- también se puede disfrutar de un paseo por el palacio de Holyroodhouse, la residencia oficial de la reina María I de Escocia, en el que se pueden visitar -en un recorrido con audio gratuito- catorce apartamentos de estado, las románticas ruinas de Holyrood Abbey -abadía del siglo XII- y notables jardines reales, entre otros espacios.
Museo Nacional de Escocia, Edimburgo
Para sumergirse por completo en la historia local está el Museo Nacional de Escocia, con un sinfín de objetos dedicados a disciplinas como el arte, el diseño, la ciencia o la naturaleza.
La ciudad también invita a pasear por Holyrood Park y disfrutar de la panorámica que regala la cima de Arthur Seat, el punto más alto de la urbe; y a disfrutar del Zoo de Edimburgo y contemplar especies como osos panda, leones, tigres, tortugas gigantes, reptiles y originales especies autóctonas.
Castillo de Urquhart frente al lago Ness