Muchas personas en el mundo celebra Halloween hoy. Por lo que es interesante conocer algunos de los lugares más misteriosos del mundo. Haga un reccorrido por lo místico y espiritual.
Los Diquis
Costa Rica alberga más de quinientas esferas de piedra, fundamentalmente en el cantón de Osa. De origen precolombino, se consideran únicas en el mundo por sus características, además de haber suscitado toda clase de especulaciones sobre su factura, dada la tecnología con la que se realizaron (400-500 años antes de Cristo) y, sin embargo, su perfección.
Según la Unesco -que las convirtió en Patrimonio de la Humanidad en 2014 (el mismo año en el que Costa Rica las declaró símbolo nacional)- se trata de cuatro localizaciones en el delta del Diquis que también albergan enterramientos, áreas pavimentadas y montículos artificiales.
Restos que, junto a las esferas, se han conservado gracias a que permanecieron durante siglos sepultados bajo capas de sedimento.
El Museo Nacional de Costa Rica explica que los habitantes del cantón de Osa han generado “una clara identificación con el patrimonio arqueológico y, en especial, las esferas de piedra”. Se cree que fueron utilizadas como símbolo de rango y marcadores de territorio, aunque hay quienes le dieron un significado astronómico o ritual.
Desde 2005, se desarrolla el Festival de las Esferas, que incluye visitas a la zona y demostraciones artísticas.
Fiesta pagana en Avebury.
Stonehenge y Avebury
Que levante la mano el que no se ha imaginado a los druidas con los brazos en alto en el círculo de Stonehenge.
Erigido hace más 5.000 años, la formación megalítica que ahora se puede visitar se terminó hace 3.500 años. Los expertos consideran que su función era ceremonial, con el sol y la luna como protagonistas, y apuntan que su construcción supuso un todo un reto dadas las herramientas y posibilidades de transporte de la época (hay quienes calculan que algunas de las piedras pudieron suponer el esfuerzo de 500 hombres para ser arrastradas). Y, ahora, que levante la mano el que conozca Avebury.
Ese es nuestro hallazgo para este puente del misterio. Porque Stonehenge no es el único lugar ancestral de la zona, Avebury -construido en el 2400 antes de Cristo- refleja según los estudiosos el ciclo de la vida, desde el nacimiento, la fertilidad y la muerte. Y le rodean, cómo no, relatos de espíritus y demonios entre las piedras.
Dibujos rituales
Las líneas de Nazca, en el desierto del mismo nombre en Perú, han sido durante años objeto de toda clase de suposiciones, a cual más original.
Según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo peruano, el misterio de los geoglifos de formas geométricas, zoomorfas y fitoformas radica en lo complejo de su elaboración, teniendo en cuenta que las primeras noticias sobre su hallazgo se remontan al siglo XVI.
La visión de estos trazos -que se dieron en llamar desde “carreteras sagradas” hasta “libro astronómico” y calendario solar- es recomendable desde el aire, en avioneta (y con reserva previa, dada la alta demanda), que permite disfrutar de una perspectiva de las figuras irrepetible.
Entre los dibujos, aparecen pájaros gigantes (hay rectas de los dibujos que superan el kilómetro de largo), reptiles, seres humanos y hasta una araña y un caracol, un sorprendente fresco que se ha mantenido incólume en el tiempo dadas las características climatológicas de la zona, rodeado de las más peregrinas interpretaciones, incluidos los de origen extraterrestres.
Rapa Nui y los moai
Se elevan ancestrales y míticos con la mirada puesta en el horizonte, impasibles ante el asombro de los hombres de hoy.
Son las estatuas “moai” de la Isla de Pascua (o Rapa Nui en su idioma), en Chile. Según Turismo de Chile, el atractivo de la isla no se limita a estas gigantescas figuras que tantas hipótesis han suscitado durante siglos. Cavernas para explorar, flora y fauna marina, deportes acuáticos, playas, volcanes y una gastronomía sorprendente se unen a los bailes y la música polinésica para asombrar al visitante. El Museo Antropológico de la Isla de Pascua sitúa a los primeros pobladores entre los años 400 y 1200, toda una sociedad que evolucionó hasta casi desaparecer en el siglo XIX por las dificultades de supervivencia, las epidemias y los traficantes, que vendían a los rapanui como esclavos.