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Aventura entre montañas, así es la comunidad de El Rosario

  • 06 diciembre 2015 /

Esta comunidad es el rinconcito perfecto para los amantes de la naturaleza.

El Rosario, Comayagua.

Una comunidad entre montañas, sumergidas en oscuras y sorprendentes cuevas mineras, remontadas en historias y relatos del pasado, es considerada una atracción turística para muchos amantes de la naturaleza y de la antigüedad, ubicada a cuatro kilómetros de San Juancito, aldea del municipio del Distrito Central, capital de Honduras.

Esta región minera cuenta con 35 casas habitadas, dispersadas en los 268 kilómetros cuadrados que mide todo el territorio.

Con una altitud de 2,090 metros sobre el nivel del mar, la comunidad El Rosario atesora el primer parque protegido que tuvo energía eléctrica, y es el que abastece una parte de la capital con el 40% del agua que nace en sus frescas y altas montañas.

Este territorio es administrado y conservado por la fundación Amigos de la Tigra (Amitigra).
Las altas montañas y la abundancia de vegetación hacen que un recorrido por este bello sitio sea inolvidable.

Este territorio cuenta con los servicios básicos, un centro de visitantes, casas antiguas, viejas inversiones, vegetación, una hermosa cascada y con mucha historia para contar. Es una zona de protección turística adonde toda su población cuida de este grandioso patrimonio.

Por las tardes heladas un manto blanco de niebla cubre las montañas formando un clima agradable y apto para disfrutar de una taza de café en familia o con amigos.

Los pobladores aseguran que viven en tranquilos entre las montañas.

Las familias que habitan en este lugar aseguran vivir en completa tranquilidad.


Antecedentes

En la década de 1880, con el desarrollo de la Reforma Liberal de Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa, los inversionistas extranjeros pusieron sus ojos en el lugar por su riqueza mineral. El antiguo pueblo minero fue durante años el motor económico de Honduras y el campamento minero está en el barrio Pueblo Nuevo y parte de San Juancito, adonde solo han quedado los planteles.

Desde 1954 que la compañía minera cerró nace la minería artesanal que es una manera de sustento para algunos pobladores; extraen desde las piedras que se encuentran a las orillas de las minas oro y otros materiales preciosos con un proceso casero que consta de un mortero, coladores, recipientes y mucho trabajo.

En una gran mayoría, los pobladores de esta región han emigrado a la capital en busca de un mejor futuro y con el sueño de sacar adelante a sus familiares.

Estos residentes se dedican generalmente a la agricultura de granos básicos para el sustento, sintiéndose orgullosos de vivir entre lazos de historia hondureña.

Un pueblo religioso que a pesar de no contar con una iglesia se reúne en casas para poder tener devocionales espirituales.

Hay 70 minas entre El Rosario y Jutiapa, cuatro de ellas son accesibles.