Redacción
Microsoft parece decidido a que todos los usuarios se muden a Windows 10…les guste o no.
La compañía tomó una serie de medidas encaminadas a lograr este objetivo. Para empezar, desde el lanzamiento en julio pasado, dio la opción a los usuarios la opción de descargar gratuitamente el nuevo sistema operativo.
Posteriormente, cambió la clasificación de Windows 10 dentro de los parámetros automáticos de actualización, pasado de “Opcional” a “Recomendada”. En la práctica, esto significa que quienes tenga su sistema operativo configurado para actualizaciones automáticas, bajarán Windows 10, dejándolo listo para su inmediata instalación.
Una vez completada la migración a Windows 10, el usuario tendrá poco más de un mes para deshacer la actualización y volver a su viejo sistema operativo. El problema es que algunos han reportado fallas en los controladores y en el funcionamiento general del dispositivo actualizado. En casos extremos, ha llevado el equipo a restablecerse con la configuración original de fábrica.
Otro problema del que algunos usuarios de quejan es que la actualización del nuevo sistema operativo consume un considerable ancho de banda volviendo lentas las conexiones.
Una última medida para “motivar” a los usuarios a migrar a Windows 10 fue el anuncio de Microsoft de descontinuar las actualizaciones de los sistemas operativos más antiguos como Windows 7.
