De prisa, no hay lugar para pausas. Esa parece ser una de las premisas de nuestro tiempo, una carrera por hacer mucho en poco tiempo, y lo más importante: demostrarlo.
Uno de los temas que más se repiten en cualquiera de los seminarios o charlas a los que asisto, y que me sigue impresionando, es la enorme cantidad de personas capacitadas que no tienen la suficiente