El “cerebro” del caso, de 35 años, se encuentra encarcelado tras haber sido condenado en 2021 por hechos similares y contactaba a los curas desde la prisión.
De acuerdo con el comunicado de la Arquidiócesis de Cuenca, el hombre habría entregado en la iglesia con un mensaje escrito en el que se leía “vine a matar a alguien”.