Sin embargo, debido a la alta transmisibilidad y a que pudiera evadir “gran parte de la inmunidad preexistente” y las actuales terapias basadas en anticuerpos, los expertos abogan por mantener la distancia social, la mascarilla y la restricción de los contactos en interiores para evitar un impacto “potencialmente catastrófico en la saturación de la atención sanitaria”.