24/04/2024
03:44 PM

Supuesto drogadicto mató a hondureños en Texas

Los compatriotas murieron en una vivienda rural de Texas, Estados Unidos.

Texas, Estados Unidos.

Después de casi un mes de buscar trabajo de construcción, el trío de hondureños logró ser contratado por un señor que los llevó a su casa en Río Grande, Texas, en donde encontraron la muerte a manos de un supuesto hijo del propietario del inmueble.

Al parecer, el criminal entró temprano en la mañana a la residencia de su padre bajo los efectos de las drogas y ahí encontró a los compatriotas y comenzó a dispararles.

Esta es una de las hipótesis más fuertes sobre la forma en que sucedió el triple asesinato que autoridades de Texas les han confiado a familiares y amigos de los infortunados.

“Llegó esa persona que los asesinó, trasnochado, en estado de ebriedad y, de repente, al mirar en el departamento a personas desconocidas, como era primera noche, se supone que se confundió y les disparó”, relató Rumualdo Mejía, regidor de Orica y amigo de los fallecidos.

En el ataque, suscitado el domingo a las 6:15 am, perdieron la vida Marco Antonio Sierra (46), José Manuel Vargas Linares (40) y Noel Castillo Lagos (37), originarios de Orica, Francisco Morazán.

Dos de los hondureños murieron en la sala de la casa y un tercero fue encontrado en una habitación con golpes severos en el abdomen, por lo que fue trasladado a un hospital local, donde murió.

Río Grande es una comunidad rural de McAllen, en Texas. Mejía dijo que los agentes de Texas buscan a una persona de nombre Fernando, quien sería el que cometió el crimen y supuesto hijo del dueño de la casa donde ocurrió la masacre.

Otra hipótesis que se investiga es la posibilidad de que los tres hondureños habrían sido secuestrados en la casa, donde murieron por criminales que pedirían dinero a sus familiares en Honduras para su liberación, dijo Mejía.

Los tres salieron el 11 de junio pasado a Estados Unidos, de forma ilegal llegaron a ese país a inicios de julio a buscar oportunidades de trabajo en vista de que “aquí no se consigue empleo”, dijo María Vargas, hermana del malogrado José Manuel Vargas.