18/04/2024
05:54 PM

'Karol buscaba superarse para servir a su gente”

La estudiante de Medicina muerta en la balacera en PriceSmart fue enterrada este martes.

San Jerónimo, Copán.

El dolor embarga a todo un pueblo que ayer le tuvo que decir adiós a una de sus hijas más queridas.

Karol Floribel Alvarado Alvarado (25), la estudiante de la carrera de Medicina asesinada el mediodía del lunes durante un enfrentamiento entre delincuentes en el supermercado PriceSmart de San Pedro Sula, soñaba con graduarse para regresar a su pueblo y servir a los mas necesitados.

La trágica noticia de su muerte dejó estupefactos a los habitantes de San Jerónimo que se congregaron en la humilde vivienda de los padres de Karol.

En el pueblo nadie durmió esperando sus restos que arribaron a la medianoche del lunes. Sus padres en medio de su dolor agradecían las muestras de solidaridad de todos los que ayer llegaron para consolarlos. Solo se escucharon frases de cariño y admiración. En la mente de sus familiares y amigos queda grabada la sonrisa, bromas y el espíritu de servicio que caracterizó a Karol. De ella se cuentan innumerables historias, todas van cargadas de sentimiento, porque su calidad humana siempre la distinguió y la pérdida representa para toda la comunidad una tragedia que les marca sus vidas.

El velatorio

Ayer todas las actividades laborales y comerciales se cancelaron en San Jerónimo. La Municipalidad, comercios y centros educativos decretaron duelo y suspendieron labores por el vil asesinato de Karol.

Niños, jóvenes, adultos y ancianos se congregaron en la casa de la familia Alvarado, adonde los padres y siete hermanos lloran la inesperada partida de Karol. Les resulta imposible aceptar que aquella joven que fue la alegría de la casa no esté más con ellos.

“Era una persona que se destacó siempre por su sinceridad y el respeto que tenía para todos. Karol fue decidida, emprendedora, alguien que siempre nos hacía reír, que siempre tenía una broma y que buscó superarse, pero no pensando en casarse y formar una familia, sino en servir, en ayudar a su gente y por eso la Medicina fue su pasión”, relató a LA PRENSA uno de sus primos.

Sus padres desconsolados tratan de fortalecerse en los recuerdos, en las frases que ella siempre tenía para enfrentar la vida. Fue una joven que siempre priorizó a su familia y que cuando se marcho para San Pedro Sula a estudiar, siempre estuvo como el ángel protector de sus cuatro hermanos que vivían con ella. “El dolor cala profundo porque Karol deja un gran vacío, ella siempre estaba protegiendo a todos, en especial a una de sus hermanas que es la que ahora no supera esta prueba. En Semana Santa fue la última vez que vino a la casa, disfrutó mucho, tomaba el café en la calle como era su costumbre y siempre terminaba en la pulpería comprando pan”, expresaba un pariente. “Cada calle, cada rincón de San Jerónimo está marcado con su presencia, todos hemos perdido a un gran ser humano”, lamentaba uno de los vecinos .

“Siempre estarás en nuestros corazones”

Sobre su ataúd fue colocada una foto, era el recuerdo de sus compañeros de tercer año de Medicina de la Universidad con la leyenda “Siempre estarás en nuestros corazones”. A quienes fueron sus compañeros, la partida de Karol los marca; a tan solo minutos de estar departiendo con ella, era difícil creer que las balas asesinas que dispararon delincuentes tocaran a un ser inocente, que no tenía nada que ver en los enfrentamientos entre criminales.

Una carta fue entregada a la familia por los estudiantes, en ella expresaban el sentir y pensar, el dolor de la partida, el desconsuelo por la partida de alguien que desde que ingresó a la carrera tenía una luz, un espacio, una palabra, un tiempo para todos los que la conocieron.

El sepelio

A las 5:00 pm, el féretro con los restos de Karol abandonaron la casa para trasladarlos a la iglesia donde una misa era el preámbulo de la dura despedida. El mensaje destacó las bondades de la estudiante y con ello también la crítica por la terrible violencia que cada día arrebata seres nobles e inocentes. Al final de la celebración eucarística, el cortejo fúnebre se dirigió al cementerio general. Todo fue silencio, cabizbajos caminaron familiares y pobladores. Las lágrimas rodaban, era el adiós que daban a Karol. Las escenas eran desgarradoras, el sufrimiento era latente. De la noche a la mañana, la vida les cambio por completo; pero a pesar de las circunstancias pedían fortaleza a Dios. No pedían nada más, porque expresaron que la prueba que hoy viven forma parte de los propósitos de Dios y por eso llamó a Karol, porque en el cielo la ocupaba para ser uno de sus ángeles.