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Impunidad en caso Landaverde abre aún más la herida

  • 07 diciembre 2012 /

Hoy se cumple un año del asesinato del experto en seguridad. A pesar del riesgo, Hilda Caldera habla con el mismo valor que su fallecido esposo.

Un año después, su voz continúa entrecortándose, sus manos aún sudan y su mirada se pierde en el jardín, que por mucho tiempo compartió con su esposo.

El miedo la rodea, pero no la silencia. Habla poco, pero cuando lo hace es valiente.

Ella es Hilda Caldera, viuda de Gustavo Alfredo Landaverde Hernández, reconocido experto en seguridad que nunca tuvo dudas al denunciar los alcances del crimen organizado en el país.

En las calles, Hilda todavía camina exigiendo justicia. Ella aparece en los medios de comunicación a los que tantas veces acudió su esposo para denunciar la impunidad de los criminales en el país.

Las montañas de Santa Lucía, Francisco Morazán, son testigos de su soledad. Ella todavía no puede creer la forma en que sicarios acabaron con la vida de su compañero de hogar. En ese atentado, ella resultó herida de bala, pero logró sobrevivir. El vil asesinado de Landaverde sigue sin esclarecerse.

Caso en secretividad

En la Fiscalía de Delitos Comunes, el caso fue declarado en secretividad y es imposible acceder a información, pero extraoficialmente Diario LA PRENSA conoció que la Fiscalía ya tiene “armada” la investigación de quiénes podrían haber sido los autores intelectuales de la muerte del infortunado experto en seguridad.

Pero en su dolor, Hilda exige que la Fiscalía sea más diligente, porque la realidad es que el homicidio contra Landaverde es una muerte más, un caso más, como otros tantos, que están engavetados sin resolver.

En la cárcel de seguridad de la Penitenciaría Nacional está preso un supuesto autor material, Marvin Noel Andino Mascareño (21). Ningún particular lo ha visto y sus declaraciones no se han hecho públicas.

Sin embargo, para Hilda no es suficiente lo hecho hasta ahora por las autoridades. “Alfredo ya sabía el nombre del sicario que lo iba a asesinar, hasta eso le avisaron. Veo que los fiscales quieren trabajar, pero les falta una Policía de Investigación. Seguimos esperando resultados. ¿Hasta cuándo estaremos así? Todos tenemos luto en este país. Mi causa no tiene fronteras, no tiene colores políticos, porque todos los colores están de luto”, expresó.

Crónica del asesinato

Eran casi las 10 de la mañana del 7 de diciembre de 2011 cuando Landaverde y su esposa cruzaban el semáforo que está en el camino a las colonias 21 de Octubre y San Miguel y el bulevar Los Próceres.

El matrimonio venía de Santa Lucía, municipio que está a unos 15 minutos de Tegucigalpa, en un turismo Kia Rio gris, con placa PCN 5011, el cual era seguido por los sicarios.

“Nos conducíamos para el centro de la ciudad. Alfredo iba a cobrar por una consultoría y yo también. Íbamos tranquilos cuando de repente nos comenzaron a disparar”, relató. Para ella no es fácil hablar de aquel trágico incidente, pues a veces quisiera simplemente poder borrarlo de su mente.
Según las autoridades, el auto quedó con cinco perforaciones de bala.

Caldera resultó herida de bala en la espalda y, tras el atentado, ella y su esposo fueron trasladados al Hospital Escuela; sin embargo, Landaverde no resistió y murió de un paro respiratorio, según la autopsia.

Desde esa fecha, cientos de voces han pedido justicia por la muerte de Landaverde y otros casos como el asesinato de Rafael Vargas, hijo de la rectora de la Unah, Julieta Castellanos, y de su amigo Carlos Pineda, ambos estudiantes universitarios acribillados por policías.

Meses después de ese crimen, Castellanos le dijo a Diario LA PRENSA que tras el asesinato de estos jóvenes, de Landaverde y del periodista Alfredo Villatoro “está la Policía como una de las más fuertes hipótesis”.
Landaverde en vida

La trayectoria, la honestidad y la valentía de Alfredo Landaverde están en la memoria de los hondureños. Nació hace 72 años en La Lima, Cortés, y se convirtió en uno de los abanderados de la lucha contra el narcotráfico e impulsor de la depuración policial en Honduras.

Era político de cepa, miembro del Partido Democracia Cristiana. Se rumoraba que para las elecciones generales de 2013 sería el candidato a la presidencia del país. Se graduó de bachiller en Ciencias y Letras en el instituto José Trinidad Reyes en San Pedro Sula. Luego obtuvo el título de Ingeniería Civil en la Unah.

Además estudió en Ecuador, Venezuela y Costa Rica.

Entre sus cargos fue asesor de la Secretaría de Seguridad y secretario ejecutivo del proyecto Diálogo Policía-Sociedad. Además fungió como subdirector de la DLCN (Dirección de Lucha contra el Narcotráfico) e integró el Consejo Nacional contra el Narcotráfico de Honduras. Fue miembro de traspaso de la Policía Nacional y de la junta interventora de la DNI (Dirección Nacional de Investigación).

En sus últimos años, Landaverde se dedicó a consultorías sobre seguridad, lucha contra el narcotráfico y depuración policial. Era el analista número uno en esos aspectos en los medios de comunicación de Honduras.

“Era muy valiente. Amaba a Honduras, siempre quiso lo mejor para el país. Nunca compartió información conmigo. Era muy prudente. Sabía mucho, tenía muchos contactos”, puntualizó Hilda Caldera, con quien Landaverde procreó una hija que ya abandonó el país que la vio nacer.

11 frases

'Disculpen lo que les voy a decir, pero aquí lo que faltan son huevos para combatir el narcotráfico y todo lo que implica la lucha contra el crimen organizado”.

'El problema es que cuando se lucha contra el crimen organizado no se puede anunciar públicamente a quiénes se va a denunciar. Eso fue lo que pasó con el general González (Arístides) y por eso se lo tronaron”.

'El crimen organizado es un aparato con todas las de ley, incluyendo inteligencia y reclutando militares, policías que tienen preparación, pilotos de las Fuerzas Armadas que han sido capturados trabajando para el crimen organizado en Colombia”.

'Ramírez del Cid sabe también quiénes son los jefes de las maras, cómo operan en cada ciudad. Sabe también quiénes son los policías que están en bandas organizadas, cooperando con el crimen organizado o que tienen su propia banda”.

'Ricardo Ramírez del Cid (exdirector de la Policía Nacional), por su trabajo profesional, sabe bien quiénes son los jefes del crimen organizado en Honduras, en cada departamento, en cada municipio, en cada ciudad grande”.

' Hay empresarios narcos. ¿Qué van a decir ahora? Que nos dé los nombres Landaverde. ¡Ah! ¿No saben ustedes el nombre de los 14 empresarios del norte que están lavando activos con el narcotráfico, que tienen sociedad con los narcos? Va a decirme el Fiscal a mí que no lo sabe. Me va a decir el jefe de la Policía que no lo sabe. Me va a decir a mí el jefe de las Fuerzas Armadas que no lo sabe, que existe el grupo de los 14”.

'No me vengan con cuentos a mí, hay juicios en que fiscales, jueces y policías se han puesto de acuerdo y han recibido dinero de los capos. Dije que la infiltración en Honduras era terrible y Humberto Palacios Moya, que era jefe de fiscales (actual director de la Oabi), me demandó por calumnia y difamación”.

'Seamos honestos, aceptemos, estamos infiltrados en los partidos políticos, el Congreso. Nueve diputados han muerto ametrallados y uno casi muere ametrallado la semana pasada. Los colombianos empezaron a pagar los servicios de los hondureños en el transporte de droga desde la frontera de La Mosquita hacia Guatemala y México con droga también. Una parte en dólares y otra en droga. A veces hasta en lempiras”.

' Todos nosotros sabemos, y no solo yo porque trabajé en la Policía, la gente común sabe quién es el jefe del crimen organizado en su municipio, en su aldea, en su ciudad. Todos sabemos qué personalidades de Honduras, de los partidos políticos, se reúnen con los jefes del crimen en San Pedro Sula, La Ceiba y Roatán”.

' Son empresarios que trabajan con el gobierno y el gobierno anterior y el otro gobierno, es decir que ellos no tienen partido, para ellos los partidos solo son un instrumento. Deben saber cuál es el juego. Estados Unidos ya topó, ya no confía en Honduras”.

' El narcotráfico se enraizó en Honduras bajo la dirección de Ramón Matta Ballesteros”.