Poco a poco la calma parece retornar al Centro Penal de San Pedro Sula, al norte de Honduras. La pesadilla que durante cinco horas vivieron los internos, familiares y guardias penitenciarios terminó, al menos por ahora. Juan Carlos Bonilla, director de la Policía Nacional nombró una comisión especial investigadora para que determine las razones por las que la revuelta del domingo anterior dejó a cinco reos muertos y cuatro heridos.
De inmediato, los oficiales comenzaron las investigaciones y desde Tegucigalpa el director policial tomaba acciones, la primera de ellas el traslado de José Amílcar Orellana Soriano, coordinador de los internos, a la cárcel de máxima seguridad en Támara, a quien se que supone dirigían el ataque que empezó en el módulo 25 del presidio.
Junto a Orellana fueron trasladados siete reclusos más: Francisco Antonio Vargas, Fabio Arturo Thompson Rodríguez, Jonathan Osmín Ramírez Pineda, Keny Roger Valle, Sergio David Elías Lara, Luis Geovany Arriaga Castellanos y Rony René Canales Marcía, quienes bajo estrictas medidas de seguridad fueron llevados a la medianoche a la Penitenciaría Nacional.
“Si un minuto más se tarda el traslado de los internos, el caos hubiera reinado en el penal, pero gracias a Dios las acciones que se tomaron fueron las oportunas y se logró controlar la situación” informó Leonel Sauceda, jefe de la Policía Metropolitana en San Pedro Sula.
Ayer se conoció que otra de las medidas que Bonilla tomó en el caso fue la separación del jefe del penal, William Velásquez, el que será sustituido por el subcomisionado José Saúl Guevara Cruz.
Luego de que las autoridades retomaran el control del interior del recinto penitenciario, un equipo de fiscales de Derechos Humanos, el escuadrón antibombas, pastoral penitenciaria y agentes de Inspecciones Oculares en coordinación con las autoridades penitenciarias efectuaron un registro en los módulos del penal, adonde encontraron cuchillos y machetes hechizos, un arma nueve milímetros CZ, y una granada de fragmentación.
Noche de angustiaLa noche del domingo, el nerviosismo dominaba, los disparos se escuchaban y la incertidumbre reinaba en los familiares de los reos, que pedían detalles de lo que ocurría en el penal.Las horas eran lentas, la llegada de patrullas policiales que resguardaban el recinto causaba temor en las personas que se acercaban para verificar si había muertos y si sus parientes eran las víctimas del nuevo ataque.
El ir y venir de ambulancias con los heridos que eran llevados al hospital y el carro de Medicina Forense disparó la desesperación de los familiares, lo que obligó a que Leonel Sauceda informara del lamentable hecho.
“Fallecieron cinco personas y otras cuatro resultaron heridas. Se está tomando el control para evitar que los ataques continúen”, aseguró.A las 8:50 pm, las autoridades fiscales y forenses ingresaron al penal para efectuar el levantamiento de los cadáveres. La seguridad fue reforzada, y en Tegucigalpa el director de la Policía enviaba una comisión especial para que investigara los hechos ocurridos en el presidio.
La comisión fue integrada por los subcomisionados Jaime Antonio Flores Mejía, Héctor García Gómez y Otoniel Castillo Lemus, los que de inmediato comenzaron las investigaciones para determinar cuál fue el detonante que originó el ataque en el interior del reclusorio.
Los internos durante la supervisión que hicieron los integrantes de la comisión a los módulos informaron que el supuesto maltrato del coordinador de internos y las medidas arbitrarias que tomaba en contra de los reclusos fue la gota que derramó el vaso, por lo que planificaron su muerte, para evitar que los abusos contra los reos continuaran.
Registros
Ayer en la mañana, agentes de Inspecciones Oculares efectuaron registros en el penal, adonde detectaron en el techo del módulo 25 una pistola calibre nueve milímetros marca CZ, en el interior del módulo seis cuchillos y dos machetes de fabricación artesanal. Se informó que el arma que fue encontrada en el reclusorio está registrada a nombre de una empresa, por lo que se investiga cómo llegó el arma al penal.A las 10:00 am de ayer, las alertas se giraban ante el hallazgo de una granada de fragmentación, por lo que se llamó al equipo especial antibombas de las Fuerzas Armadas para que requisara el artefacto explosivo.
“Se llamó al equipo antibombas por el hallazgo de la granada de fragmentación M6 que se encontraba escondida, caleteada y fue levantada y embalada por el equipo especial para su destrucción” informó Samir Rodríguez, vocero policial. El control se retomó, las autoridades policiales siguen resguardando el presidio para evitar nuevos enfrentamientos. Ayer, la actividad era normal en las instalaciones, las visitas se habilitaron y las familias llegaron a dejar alimentos, ropa, utensilios y pidieron que se tomen acciones para evitar nuevas muertes en el penal.
Reos trasladados
JOSÉ AMÍLCAR ORELLANA SORIANO ingresó el 2 de mayo de 2002 por el delito de secuestro.
FRANCISCO ANTONIO VARGAS ingresó el 27 de noviembre de 2000 por asesinato.
FABIO ARTURO THOMPSON ingresó el 18 de febrero de 2011 por posesión vehículo robado.
JONATHÁN OSMÍN RAMÍREZ PINEDA, ingresó el 8 de julio del 2010 por robo de vehículos.
KENY ROGER VALLE ingresó el 6 de septiembre de 2009 por secuestro agravado.
SERGIO DAVID ELÍAS LARA ingresó el 12 de noviembre de 2009 por homicidio simple.
LUIS GEOVANY ARRIAGA CASTELLANOS ingresó el 21 de abril de 2012 por secuestro agravado.
RONY RENÉ CANALES MANCÍA ingresó el 23 de mayo de 2009 por asociación ilícita y robo.
El penal sampedrano tiene nuevo jefe
Ayer LA PRENSA conoció que el subcomisionado José Saúl Guevara Cruz sería el nominado para el cargo de nuevo director del Centro Penal Sampedrano.La llegada del oficial al centro penitenciario ocurre a pocas horas de otro enfrentamiento que deja cinco muertos y cuatro reclusos heridos. Guevara Cruz fungió como jefe departamental de la Policía en Comayagua, luego fue nombrado como jefe de operaciones de centros penitenciarios en la administración de Juan Carlos Bonilla, cargo que ocupaba en la actualidad.El reto para el oficial dentro de este centro penal es grande. Mantener el equilibrio dentro de los internos para evitar nuevos enfrentamientos constituye una prioridad y agilizar la construcción del nuevo centro penal es otra de las acciones que deberá continuar y hacer realidad para evitar que las acciones violentas continúen cobrando vidas en el Centro Penal Sampedrano que solo este año registra al menos tres ataques que han dejado la pérdida de al menos 20 internos.
