Ni un tan solo policía salió este martes a las calles de la capital a los patrullajes de rutina, debido a una huelga de brazos caídos declarada por los agentes de los siete distritos que tiene la Policía Metropolitana.
La protesta de más de dos mil uniformados surgió por la implementación de medidas que afectan su tiempo de descanso y otros beneficios, expresaron los agentes, quienes dejaron al desnudo la calamidad que enfrentan y una muestra de su malestar fue el abucheo que le hicieron al comisionado Alex Villanueva, titular de la Dirección de Policía Preventiva.
Las protestas más fuertes se registraron en el Distrito Policial 1-5 del barrio Belén, el más grande de la capital, que tiene unos 260 policías. Esta es la primera vez que policías realizan una huelga de esta magnitud, después de tres intentos en años anteriores. Al lugar se presentaron altos oficiales como el director de la Policía Preventiva, el comisionado Villanueva y el titular de la Jefatura Metropolitana 1, subcomisionado Daniel Ferrufino, a tratar de dialogar con los protestantes.
Un oficial de la estación de Belén los llamó tres veces a formación para que escucharan lo que Villanueva tenía que decirles; pero todo resultó infructuoso, lo que molestó el jefe policial.
Motivo de la protesta
Una disposición de los altos mandos de recortar los días francos fue el detonante para que los policías declararan una huelga de brazos caídos.
Un policía declaró que actualmente disfrutan de un fin de semana cada 15 días, es decir, dos fines de semana al mes (cuatro días de descanso por mes).
Con la nueva disposición, cada agente policial solo tendría un fin de semana de descanso cada 26 días, lo que provocó el malestar general. “Como que quieren hacer cuatro grupos de salida, saliendo al mes y medio, pero no está confirmado todavía”, expresó un agente.
Confirmó que hasta ayer no les habían enviado una circular informándoles de los nuevos roles de turnos, pero que tuvieron conocimiento a través de ciertos oficiales asignados a los distritos policiales. “No sé cómo está la situación, lo cierto es que tenemos un derecho adquirido de ver a nuestras familias”, expresó.
Se quejan que para poder descansar una noche tienen que trabajar 36 horas consecutivas, lo que consideran como explotación laboral. Sobre lo dicho por los policías, Villanueva aceptó que hay una disposición de la autoridad superior, “a raíz del período de emergencia que estamos enfrentando, trabajando en conjunto con las Fuerzas Armadas, se dispuso trabajar un porcentaje adentro y otro afuera”.
“A nadie se le está quitando el derecho, aquí lo que falta es disciplina y vamos a imponer disciplina”, advirtió.
Los policías aprovecharon la situación para reclamar el cumplimiento de promesas de parte de sus superiores, como es un aumento de salario que les prometieron en diciembre del año pasado.
También se atrevieron a exigir que el comisionado Juan Carlos Bonilla se someta a las pruebas de confianza, entre otras demandas. “Que se haga la prueba de confianza, así como él les está exigiendo a los policías de la escala básica y de la escala de oficiales”, lo retó un agente.
Asimismo, dejaron al descubierto las condiciones deprimentes en que trabajan.
Los dormitorios de los distritos y postas son un desastre, camas sin colchones, sanitarios en mal estado, escasez de agua y otra serie de problemas.
Aseguran que tienen mucho tiempo de no recibir uniformes, botas, munición para las armas ni otros implementos que necesitan para desarrollar su trabajo en mejores condiciones.
Lamentaron que algunas patrullas están paradas por falta de llantas y repuestos, por lo que muchas veces tienen que acudir a la ciudadanía en busca de apoyo.
