La Ceiba, Honduras
Un certero balazo en la cabeza acabó con la vida de Óscar Armando Rojas Burguero (de 51 años), hecho ocurrido la mañana de ayer en una zona céntrica de La Ceiba.
El crimen se comenzó a gestar cuando el ahora occiso, de profesión ingeniero minero, le hizo parada a un taxi, a pocos metros de la fuente luminosa, y le dijo al conductor que lo llevara a la colonia Las Delicias, salida a Tela.
Un individuo desconocido le daba seguimiento a su víctima y unos metros adelante abordó el mismo taxi, ocupando el asiento trasero. Rojas viajaba adelante junto al motorista.
 El sujeto armado se subió a esta unidad con número 1066 y le disparó al pasajero.
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“Paré y el muchacho se montó y me dijo que lo llevara al hospital Atlántida y yo le pregunté al ahora muerto si lo podía llevar primero a él, ya que se me hacía más facil por la ruta que llevaba y me contestó que no había problema, que no llevaba prisa. Cuando ya estaba en la curva para ingresar al hospital escuché un disparo y era que lo había matado. Solo un tiro le dio en la cabeza”, manifestó el conductor de la unidad, quien estaba nervioso y traumado por la amarga experiencia.
“Después me dijo que parara el carro que se iba a bajar y que no me metiera, que la cosa no era conmigo”, siguió narrando el asustado motorista.
Imaginando que Rojas todavía estaba con vida decidió llevarlo al hospital, pero cuando llegó, el ingeniero ya había expirado y las autoridades del centro hospitalario le ordenaron que lo llevara a la morgue con todo y vehículo pues el cadáver había quedado recostado en el asiento adonde viajaba.
La Policía no tiene pistas del asesino, ni las razones por las que le habría quitado la vida. Si bien es cierto se hicieron varios patrullajes en la zona, hasta ayer no había información sobre captura de alguien relacionado con el homicidio. Según el chofer del taxi, el fallecido no mostró indicios de conocer a su victimario cuando este lo abordó minutos después. Se desconocen más datos del fallecido.
