25/04/2024
04:53 PM

Universitaria tomó taxi que la llevó a la muerte

San Pedro Sula, Honduras.

Siempre pasaba por ella su mami o un familiar cuando salía de la universidad; pero ese viernes Silvia Contreras decidió tomar un taxi, sin presentir que la conduciría a la muerte.

Iba mensajeando con su madre cuando se produjo un encontronazo entre el taxi y una camioneta en la avenida Juan Pablo II la noche del viernes 22 de enero. Ella salió expelida hacia la mediana, adonde quedó sin vida con un golpe en la frente.

Cuando viajaba en carro se acomodaba en el asiento trasero, justo detrás del conductor, y fue precisamente en ese lado adonde impactó la camioneta en el momento en que se le atravesó el ruletero en el barrio San Cristóbal.

Su madre Nelda Moreno estaba pendiente de su llegada en la colonia Luisiana, pues era la primera vez que la muchacha de 20 años se venía en taxi de la universidad privada, ahí estudiaba el segundo año de Administración Financiera y Bancaria.

Su madre Nelda Maldonado dice que todos los días la recuerda porque tiene que pasar frente a su cuarto cuando entra a la casa.
“Ya voy en camino, mami”, fueron las últimas palabras que escuchó de ella por el celular la señora Nelda Moreno después que le preguntó si ya estaba por llegar a la casa. Eran las 9:30 pm.

El taxista había ido a dejar, a sus respectivas colonias, a la otras estudiantes que abordaron con Silvia la unidad frente al centro de estudios superiores. Por vivir en la Luisiana la dejaría por último, por eso tardaba en llegar y su mamá desesperada la estaba monitoreando por el celular.

De repente, por mucho que la llamara solo escuchaba el contestador con un frío, “deja tu mensaje”. Un presentimiento fatal la sacudió cuando al fin alguien llamó desde el mismo teléfono de Silvia. Era un hombre preguntándole si ella era la madre de una muchacha que venía de la universidad en taxi. El extraño no le dijo toda la verdad, solamente que la estudiante había sufrido un accidente. Hasta que llegó con su marido Elder Pavón al lugar del percance, Nelda Moreno se dio cuenta de la dolorosa realidad.

Foto: La Prensa



Qué casualidad que Silvia quedó tendida a poca distancia de una venta de pollo frito, que era su favorito, contó la madre. El “pollo chuco” era una de sus comidas favoritas.

Un supuesto pretendiente que recién había conocido en la universidad la fue a dejar a su casa la noche anterior porque su madre había ido a Colón.

El viernes por la noche, doña Nelda ya estaba de regreso, pero cuando le preguntó a su hija si alguien le daría aventón a la casa como la noche anterior, le respondió que abordaría un taxi.

A la muchacha le fascinaba tomarse fotos para lucir su delgada figura de “muñeca Barbie”. La última gráfica se la hizo a las cinco de la tarde de ese viernes, en la oficina del taller de muebles de la familia, y se la envió a sus principales amigas con un mensaje cariñoso. “Voy para la U, chiquillas, espero este año estar más cerca de ustedes”.

Foto: La Prensa



Vestía un pantalón azul desteñido y una blusa color rosa, y sobre esta un chaleco moteado que hacía juego con sus sandalias cafés. Con esa misma ropa andaba la noche que la muerte la sorprendió viajando en la unidad 0700.

A un lado del cuerpo quedó tirada su mochila con la mitad de un sándwich de jamón y queso que había comprado en la cafetería de la universidad.

Ahí quedaron también tirados sus sueños de casarse y tener sus hijos “temprano”.

Precisamente, al joven que había conocido en la universidad lo estaba considerando para cumplir con ese anhelo.

Su destino ya estaba trazado. Se bajó de otro taxi para subirse al 0700 frente a la universidad. El taxista la bajó de la otra unidad y se la llevó a su encuentro con la muerte.