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Técnico asesinado no se quería casar por no dejar sola a su madre

  • 29 noviembre 2015 /

Ni siquiera tenía una novia formal, aunque era asediado por las chavas Un día antes de ser asesinado estuvo viendo por televisión el partido que ganó su Barcelona al Real Madrid.

Choloma, Cortés

Sus amigos le decían el Máster porque siempre tenía una solución a los problemas, especialmente si se trataba de computación, que era una de sus más grandes fortalezas.

Juan Carlos Barrera era un hombre de pocas palabras, pero si le tocaban el tema de su equipo Barcelona, sacaba a relucir toda su verborrea para demostrar cuánto sabía sobre el cuadro español.

En rueda de amigos permanecía sonriente mientras los otros bromeaban. No le gustaba discutir, era más bien pacifista, según lo describen los vecinos de la colonia Valle de Sula del conflictivo sector López Arellano, adonde fue encontrado con tres balazos en la cabeza y golpes en el cuerpo.

Era asediado por las chavas, pero a sus 28 años no tenía novia formal, aunque tenía ligue con algunas de ellas, dice su gran amigo Rubén Darío Peña.

Cuando este le cuestionaba su prolongada soltería, respondía sonriendo que “las novias solo sirven para sacarle el dinero a uno”. Sin embargo, Rubén, que lo conocía bien, cree que no quería casarse por no dejar a su madre sola, pues era el único varón que ella tenía.

Foto: La Prensa

No tuvo valor de ir al lugar adonde sucedió el crimen, solo su hija Selenia Barrera. Los amigos del infortunado técnico en computación la visitan en su casa para consolarla.

Doña Lucila Escobar solo lo tuvo a él y una hija que vive en la colonia Rivera Hernández, por lo tanto Juan Carlos era quien miraba por ella y la sostenía con lo que ganaba como técnico en computación de un cibercafé local.

Cuando salía con sus amigos en noches de ronda nunca se quedaba a dormir en otra casa que no fuera la que compartía con su madre, por no darle preocupaciones. Ella dice con orgullo que es madre soltera porque veló por sus hijos desde pequeñitos al separarse de su esposo. No pudo hablar más porque el llanto ahogó sus palabras al recordarlo. “Era mi único y mi gran hijo”.

El sábado 21 de noviembre por la noche que Juan Carlos salió con su amigo Rubén le dijo a este, al despedirse, que iba para su casa porque su madre estaba de cumpleaños; pero la muerte se le atravesó en el camino.

Habían ido a tomar cerveza a un billar de la vecina colonia Cerro Verde y luego regresaron a la Valle de Sula. Rubén se quedó en su casa y Juan Carlos siguió supuestamente rumbo a la suya, pero a lo mejor fue a buscar la última cerveza a un negocio cercano. Ninguno de sus amigos se imagina en qué momento el técnico en computación se encontró con sus asesinos y por qué lo mataron siendo un hombre tan tranquilo.

El cuerpo estaba boca arriba en la calle principal de la colonia, a dos cuadras de la casa en la cual supuestamente fue ultimado. Quienes le quitaron la vida arrastraron el cuerpo hasta el punto adonde fue encontrado, esto es lo que deduce la Policía por los rastros de sangre que había en todo ese trayecto. También había sangre dentro de esa casa en la que fueron capturados dos sospechosos. Pero la madre sigue reclamando justicia porque dice que uno de los hechores anda libre.

Foto: La Prensa

Los vecinos se mostraron consternados y sorprendidos porque el ahora occiso no era un hombre problemático.

Más datos

El comerciante Héctor Omar Sevilla y José Adrián Sevilla fueron capturados hora y media después del hallazgo del cadáver.

Cuando Juan Carlos se matriculó en la universidad su madre se quedó sin trabajo y él ya no pudo estudiar.

Cocinaba y hasta tortillas le hacía a su mamá para que comiera caliente, dijo su amiga Doris Rivera.

Foto: La Prensa

Juan Carlos Barrera hacía la diferencia con otros jóvenes de conducta irregular, tal vez por eso lo mataron, dijo un amigo. Fotos: Joseph Amaya