Tegucigalpa, Honduras
Agitado y con sus manos, cara, ropa y zapatos manchados de sangre, Rigoberto Paredes Vélez huyó del ascensor en cuyo interior estaba Eduardo Montes Manzano ya sin vida.
Agitado y con sus manos, cara, ropa y zapatos manchados de sangre, Rigoberto Paredes Vélez huyó del ascensor en cuyo interior estaba Eduardo Montes Manzano ya sin vida.
El testigo relató que cuando llegó al nivel 15 observó el piso todo manchado de sangre y unas huellas que conducían a las gradas, por lo que abrió la puerta y miró a Paredes que bajaba corriendo.
Sin saber lo que había ocurrido decidió seguirlo pensando que iba herido, ya que notó que estaba manchado de sangre.
El testigo relató que cuando bajaba las gradas entre el piso 12 y 11, Paredes tiró el cuchillo ensangrentado y siguió corriendo.
El testigo dijo que se dirigió nuevamente hasta el arma homicida y con una bolsa plástica lo agarró y los guardó para entregarlo a los guardias.
Uno de los guardias dijo que cuando vieron correr a Paredes le apuntaron con una pistola y le pidieron que se detuviera. El centinela dijo que le preguntaron a Vélez qué había hecho y él les dijo: “Maté a un abogado”.
La relación de los hechos está respaldada con la declaración de unos cuatro testigos. El abogado Montes dijo, previo a ser asesinado, '¿Yo qué te hice? ¿Por qué me hacés esto?', según el relato de uno de los testigos que presenció el hecho.
