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Cabalgata de la muerte acabó con la vida de niña de 13 años

  • 24 agosto 2015 /

La pequeña Tania Julissa Chávez falleció del fuerte impacto que recibió.

San Pedro Sula, Honduras.

Un simple recorrido familiar en caballo terminó en tragedia en la ciudad de las maquilas. Tania Julissa Chávez Márquez, de 13 años, fue una víctima mortal de un desafortunado choque entre la bestia y una rastra en la carretera CA-5, a la altura de la aldea Río Nance.

El pasado miércoles 12 de agosto, sus dos hermanos menores, su padrastro y ella montaban el caballo de la familia hacia su humilde hogar en la hacienda que el padre se dedicaba a cuidar luego de recolectar un poco de zacate para el animal.

Cuando estaban cerca del lugar de destino, la bocina de un carro asustó al caballo y este salió despavorido hacia la carretera, donde impactó con la rastra.

Los cuatro recibieron graves heridas y fueron trasladados a emergencias del hospital Mario Rivas de San Pedro Sula.

Lamentablemente, la más afectada por el golpe fue Tania. El sábado 22 de agosto, la jovencita cerró los ojos para no volver a abrirlos.

Sus hermanitos Ángel Enrique Vallecillo (4) y Ada Yorleny Chávez (12) fueron dados de alta esta semana, pero su padrastro Alfredo René Vallecillo (49) quedó gravemente afectado y aún está internado en el hospital en espera de ser operado.

Él recibió graves golpes en la cadera, tiene varios huesos quebrados en esa área y ha quedado desorientado tras el fuerte impacto.

Los familiares encargados de cuidarlo necesitan ayuda para reunir dinero y comprar los materiales de operación. Los interesados en apoyar económicamente pueden llamar al 9730-2296.

Foto: La Prensa

Maribel siente un profundo dolor al extrañar a su pequeña hija.


Desgracia

Sandra Maribel Chávez Márquez, madre de los niños, no puede creer que la desgracia marcó a su prole y que su hija mayor ya no esté viva.

Ella indica que su niña era una excelente alumna en la escuela local y disfrutaba leer la Biblia todo el tiempo. Además le gustaba mucho la música cristiana debido a que la familia asiste a la iglesia de la comunidad.

Otro de los pasatiempos de la pequeña, como la mayoría de los infantes, era jugar con los pequeños vecinos.

Sandra recuerda con nostalgia y entre suspiros que en los cumpleaños de Tania gustaba de prepararle sus comidas preferidas.

Lamenta que el día del choque no pudo acariciar la cabeza de su niña ni despedirse de ella, pues desde el lunes 10 agosto se había trasladado temprano a su trabajo en San Pedro Sula, donde cuida niños, por lo que duerme en la casa de sus patrones. “Recuerdo la última vez que me vio.

Salió bien alegre a recibirme y me abrazaba. Me duele mucho esto, no me lo esperaba”, solloza.

Sandra se irá a vivir en la casa de sus padres en Santa Cruz de Yojoa y se llevará a sus dos niños, pero dice que “cuando falta alguien ya no es lo mismo”, en alusión a la muerte de Tania, a quien espera ver en el “más allá” debido a sus convicciones cristianas, pero cargará la pena el resto de sus días.

PARA SABER

Una de las cosas que más disfrutaba Tania Julissa era leer. Según su madre, todo libro que llegaba a sus manos era absorbido por la jovencita, pero su preferido era la Biblia, el cual tenía cerca en todo momento.

La familia es de escasos recursos y vivía desde hace unos años en la aldea Río Nance, Choloma, porque el padrastro laborara como celador de una hacienda local. En ese lugar tenían un humilde hogar hecho de tablas y láminas.