13/04/2024
11:30 PM

Desgarradora despedida a pastor de iglesia La Cosecha y su esposa

  • 02 mayo 2015 /

Centenares de fieles acompañaron los restos del matrimonio.

San Pedro Sula, Honduras

Entre cánticos, oraciones y mensajes de fortaleza fueron sepultados ayer los restos de Rubén David Jule Zúniga (51), pastor de la iglesia La Cosecha, y su esposa Mary Cruz Lazo Bonilla (50).

Luego de un emotivo acto religioso que se celebró en la iglesia en la que sirvieron por varios años, los féretros de los esposos fueron trasladados hasta el cementerio Jardines de la Eternidad, donde los familiares y amigos les dieron el último adiós.

La pequeña capilla del camposanto recibió los dos ataúdes. En este lugar los líderes de la iglesia brindaron mensajes de consuelo y fortaleza a los hijos del matrimonio, que desconsolados lamentaban la partida de aquellos dos seres que sembraron en ellos las bases del amor a la familia y el temor a Dios.

“Solo pedimos fortaleza a Dios para que sus hijos soporten esta prueba. El consuelo es que ambos gozan en la presencia de Dios y este es el momento de seguir el legado de servicio que nos dejan de ejemplo a todos”, dijo uno de los líderes de La Cosecha.

La pérdida de Rubén David Jule y su esposa Mary Cruz Lazo, deja un vacío en su familia.

dolor. La pérdida de Rubén David Jule y su esposa Mary Cruz Lazo, deja un vacío en su familia. El dolor se apoderó de sus hijos, familiares y amigos quienes lamentaban su trágica muerte.

El dolor se apoderó de sus hijos, familiares y amigos durante su sepelio ayer en San Pedro Sula.
Una vida de servicio

Cada uno de los fieles que acompañó en el velatorio al matrimonio recordaba los planes de los líderes, la ilusión que tenían por concretar la misión en Brasil, sin imaginar que un accidente de tránsito acabaría con sus vidas. “Estaban ilusionados porque con sus años de servicio lograron la meta de ir a una misión religiosa. Ellos se preparaban para evangelizar y convertir al cristianismo a los hermanos en otro país. Sin embargo, los planes de Dios eran otros. Solo nos queda orar por el nieto de ellos que sigue hospitalizado”, dijo Emérita Salgado, miembro de la iglesia.

Los rostros desencajados de sus hijos reflejaban el dolor, las lágrimas evidenciaban la impotencia ante la partida de sus padres. “Te amamos papá, siempre serás mi ejemplo. Este es un gran dolor, que Dios nos dé la fortaleza para entender sus designios. Papitos los extrañaremos”, exclamó uno de sus hijos.

A las 4:45 los ataúdes fueron introducidos en la fosa. Los centenares de fieles, amigos y familiares que acompañaron al matrimonio en su última morada lloraban. Las vidas de dos personas ejemplares se apagaron, con ellos se fueron los guías espirituales que, afirmaron, siempre estaban dispuestos a orar, a aconsejar, a ser apoyo y dar una palabra de aliento al necesitado.