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Niño pierde tres dedos de mano izquierda por explosión de mortero

  • 18 diciembre 2014 /

El menor fue identificado como Óscar Nahúm López (11), procedente de la aldea San José de la Paz, Comayagua.

Tegucigalpa, Honduras.

La alegría de su rostro se perdió tras sufrir una fuerte explosión en la mano izquierda al manipular un potente mortero de vara con un machete.

El pequeño Óscar Nahúm López López (11) se convirtió ayer en la tercera víctima de la pólvora.

El niño procedente y originario de San José, La Paz, fue sometido a una cirugía y le amputaron la mitad de los tres dedos dañados.

Alexander López, hermano de la víctima, explicó que la noche del pasado miércoles en la aldea El Aguacatal, donde residen, hubo una fiesta en la que explotaron varios cohetes de vara.

Uno de estos artefactos cayó sobre el techo de la humilde casa donde viven y luego fue bajado por el pequeño Óscar.

“Mi mamá andaba en el centro de salud dejando unos pañales para un bebé que nació en la familia, pero el niño se quedó en la casa, fue cuando él bajó el cohete de vara y se puso a picarlo con un machete y fue ahí cuando le explotó en la mano”, relató el joven.

Trágicamente, el pequeño se sumó a la lista de víctimas de la pólvora en estas fiestas de Navidad; el primero fue un menor originario de Cane, La Paz, a quien también le fueron amputados tres dedos de la mano.

El segundo, un joven padre de 23 años que quiso celebrar el cumpleaños de su hijo con el estallido de un mortero.
Omar Mejía, presidente de la Fundación para el Niño Quemado (Fundaniquem) y quien atendió al menor, lamentó que la pólvora se siga comercializando en la mayor parte de municipios.

“Es lamentable que este niño venga de un lugar adonde es permitida la pólvora y no haya supervisión de los menores”, dijo.
“Es necesario tomar cartas en el asunto, ahí están ustedes los medios pasando la realidad de esto, y se da en familias muy pobres de lugares donde no se respeta el uso de pólvora de manera adecuada”, agregó.

Mejía recomendó a los alcaldes reflexionar si vale la pena poner en riesgo la vida de los niños a cambio de impuestos por venta de pólvora.

A los padres de familia también les llamó la atención para que presten mayor cuidado a sus hijos y les eviten este sufrimiento.