San Pedro Sula, Honduras.
Santiago José Castro Escobar (19) haría realidad en enero su sueño de poner a funcionar con su madre su pequeña empresa de tornillería, pero la delincuencia que impera en Honduras le arrebató la vida y la de su tío Víctor Antonio Escobar.
Rosalía Escobar, madre de Santiago José y hermana de Víctor Antonio, entre lágrimas recordó los anhelos de su vástago. “Él era el hombre de la casa. Decía que iba a ver por mi hija pequeña y por mí porque las otras hermanas de él ya están mayores”.
Santiago José era estudiante de la carrera de Ingeniería Mecánica en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (Unah-vs).
Su padre murió hace algunos años, por lo que el joven era el hombre de la casa. “Su sueño era sacarnos adelante. Era un hijo ejemplar y es injusto que la delincuencia me lo haya arrebatado”, se lamentaba la acongojada progenitora.
“Es muy doloroso ver que la violencia en que vivimos se lleva a un niño inocente que no se metía con nadie”, expresó doña Rosalía, a quien le asesinaron a su único hijo varón, quien estaba por iniciar su segundo año en la universidad.
Doña Rosalía indicó que uno de los planes a corto plazo de su vástago era trabajar en la pequeña empresa familiar de tornillería que tenían planeado abrir en enero.
“Esos eran los planes que teníamos, pero nos frustraron la vida”.
El universitario fue ultimado la noche del martes con su tío Víctor Antonio Escobar por delincuentes que los asaltaron frente a la casa del joven en la colonia Trejo.
Fany López, esposa de Víctor Antonio, sin poder contener el llanto, manifestó que “ya no podemos vivir seguros ni en nuestras casas”.
“Los planes de mi esposo eran salir adelante y tener nuestros hijos como toda pareja ambiciona”, expresó López, quien precisó que con Víctor Antonio tenían siete años de casados.
Manifestó que su esposo era una persona que no tenía problemas con nadie y se dedicaba a su trabajo en una empresa que distribuye tornillos en San Pedro Sula.
La noche del martes, tío y sobrino salieron de la casa a intercambiar vehículos cuando fueron interceptados por dos hombres en motocicleta, quienes los despojaron de sus pertenencias y les dispararon. Ambos fueron trasladados a una clínica privada, pero no lograron llegar con vida al centro asistencial.
La Policía investiga los hechos, pero aún no tiene pistas de los criminales. Familiares de las víctimas piden que el doble crimen no se convierta en parte de las estadísticas de homicidios impunes.
Santiago José Castro Escobar (19) haría realidad en enero su sueño de poner a funcionar con su madre su pequeña empresa de tornillería, pero la delincuencia que impera en Honduras le arrebató la vida y la de su tío Víctor Antonio Escobar.
Rosalía Escobar, madre de Santiago José y hermana de Víctor Antonio, entre lágrimas recordó los anhelos de su vástago. “Él era el hombre de la casa. Decía que iba a ver por mi hija pequeña y por mí porque las otras hermanas de él ya están mayores”.
Santiago José era estudiante de la carrera de Ingeniería Mecánica en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (Unah-vs).
Su padre murió hace algunos años, por lo que el joven era el hombre de la casa. “Su sueño era sacarnos adelante. Era un hijo ejemplar y es injusto que la delincuencia me lo haya arrebatado”, se lamentaba la acongojada progenitora.
“Es muy doloroso ver que la violencia en que vivimos se lleva a un niño inocente que no se metía con nadie”, expresó doña Rosalía, a quien le asesinaron a su único hijo varón, quien estaba por iniciar su segundo año en la universidad.
Doña Rosalía indicó que uno de los planes a corto plazo de su vástago era trabajar en la pequeña empresa familiar de tornillería que tenían planeado abrir en enero.
 Santiago Castro y Víctor Escobar.
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El universitario fue ultimado la noche del martes con su tío Víctor Antonio Escobar por delincuentes que los asaltaron frente a la casa del joven en la colonia Trejo.
Fany López, esposa de Víctor Antonio, sin poder contener el llanto, manifestó que “ya no podemos vivir seguros ni en nuestras casas”.
“Los planes de mi esposo eran salir adelante y tener nuestros hijos como toda pareja ambiciona”, expresó López, quien precisó que con Víctor Antonio tenían siete años de casados.
Manifestó que su esposo era una persona que no tenía problemas con nadie y se dedicaba a su trabajo en una empresa que distribuye tornillos en San Pedro Sula.
La noche del martes, tío y sobrino salieron de la casa a intercambiar vehículos cuando fueron interceptados por dos hombres en motocicleta, quienes los despojaron de sus pertenencias y les dispararon. Ambos fueron trasladados a una clínica privada, pero no lograron llegar con vida al centro asistencial.
La Policía investiga los hechos, pero aún no tiene pistas de los criminales. Familiares de las víctimas piden que el doble crimen no se convierta en parte de las estadísticas de homicidios impunes.
