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Hermana de Miss Honduras Mundo recibió al menos cuatro balazos

  • 20 noviembre 2014 /

Los dueños del balneario Aguagua fueron obligados a participar en el entierro de las hermanas Alvarado, confirma la DNIC.

Santa Bárbara, Honduras.

Enoc Fúnez, jefe regional de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), en Santa Bárbara, confirmó que el doble asesinato de la Miss Honduras Mundo y su hermana se produjo en la pista de baile, por lo que anoche se tenía programado practicar pruebas de luminol en busca de rastros de sangre de las víctimas.

Además, durante la inspección, los agentes descubrieron en la pista dos perforaciones de bala, supuestamente producto de los disparos que presuntamente le hizo Plutarco a María José cuando se lanzó sobre el cadáver de su hermana, que había recibido al menos cuatro disparos, uno de estos en la frente.

Autoridades policiales también confirmaron que Ventura Díaz y su esposa Elizabeth Alvarado Nájera, propietarios del balneario Aguagua, adonde ocurrió el crimen, participaron en el entierro de los cadáveres de las hermanas en la zona de Arada, a doce kilómetros de su negocio.

Las autoridades de investigación obtuvieron estos datos gracias a la i nformación proporcionada por testigos protegidos.

Se conoció que los dueños del negocio y otro pariente fueron obligados a participar en el entierro de las hermanas.

También se confirmó que el crimen fue presenciado por los invitados a la fiesta de cumpleaños de Plutarco Antonio Ruiz Rodríguez, novio de Sofía y principal sospechoso de cometer los asesinatos.

Cadáveres

Se tuvo acceso al plano de exhumación de los cadáveres de María José y Sofía Trinidad, en el cual demuestra que ambas fueron enterradas en una fosa de poca profundidad.

El documento muestra que primero lanzaron el cadáver de la Miss Honduras, quien esa noche usaba un vestido beige y sandalias cafés y encima colocaron el cadáver de Sofía, la que vestía pantalón jean azul, camisa de centro blanca y una chaqueta rosada. Después de sepultar los cuerpos, Aris Maldonado se fue a su casa; entretanto, los Díaz limpiaron la sangre que había quedado en el balneario.