Tegucigalpa, Honduras.
Se supo que uno de los policías muertos informó que la denuncia que fueron a cubrir era falsa, al tiempo que indicó que tenían requeridas a unas personas y que uno de ellos se identificó como oficial de la Policía de la promoción 37, por lo que por un momento dejaron de contestarle y se escucharon varios disparos.
Dos agentes de la Policía que se desplazaron a la colonia Cerro Grande para atender una denuncia por escándalo público en la zona ocho, fueron sorprendidos por desconocidos, quienes los atacaron a balazos.
Los oficiales muertos respondían a los nombres de Kennet Ricardo Flores Alvarado (25), originario y residente en la capital, así como Carlos Alfredo López Mendoza (28), oriundo de El Paraíso y residente en la capital.
Según lo que se conoce hasta ahora, los agentes llegaron al lugar para atender el caso y no encontraron a nadie, por lo que procedieron a retornar a la posta policial donde estaban asignados. Cuando emprendían camino se encontraron con un grupo de hombres, a quienes les solicitaron que pararan el vehículo.
Posteriormentes les dijeron que no podían conducir antes de las 5:00 am sin la debida justificación, ya que hay un toque de queda establecido por el Sistema Nacional de Gestión de Riesgo (Sinager), fue entonces cuando uno de los individuos le respondió a los policías que él también trabajaba en la institución y que le permitieran hacer una llamada telefónica, sin embargo, en tan solo segundos los sujetos sacararon sus armas y les infirieron múltiples disparos.
La Policía informó que recibieron una denuncia por parte del 911 a la 1:00 de la madrugada, através de la cual se mencionaba problemas con una patrulla que se encontraba en dicho lugar.
Agentes se movilizaron hasta el sitio y fueron recibidos por los guardias de seguridad, quienes les manifestaron que una persona en un vehículo turismo, aparentemente de color rosado, con un golpe en el bomper, les avisó que había una patrulla estacionada y un policía tirado en el suelo, además de una arma cerca de su cuerpo, por lo que ingresaron inmediatamente al lugar, encontrando al agente sin vida y metros más adelante sobre un bordo estaba otro uniformado, boca abajo y con disparos en su cabeza.
 Uno de los dos cuerpos de las víctimas quedó cerca de la patrulla.
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Ambos cuerpos de los policias tenían sus armas de reglamento tipo pistola, pero uno de ellos andaba su fusil, el cual no fue encontrado en la escena. También se encontraron varios casquillos de arma de fuego aparentemente de 9mm y un cartucho de metal de fusil.
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Horas más tarde se movilizó un equipo de Medicina Forense del Ministerio Público (MP) para levantar ambos cuerpos y trasladados a la morgue en la capital.
En tanto, el vehículo tipo patrulla fue entregado en calidad de depósito al no tener ningún indicio como ser impactos de bala, sangre, pero fue inspeccionado y se le aplicó polvo reactivo, pero se obtuvo resultados negativos, ya que el clima estaba frío y brisado.
Dentro de la colonia hay cámaras de seguridad privada, lo que podría ayudar a las autoridades a esclarecer el hecho. Los guardias de seguridad fueron trasladados a la Dirección Policial de Investigaciones (DPOI) en la colonia Kennedy para tomarles su declaracion en cuanto al hecho, ya que a uno de ellos le pareció observar que en la patrulla ingresaron tres uniformados.
