Las fuertes imágenes captadas en teléfonos móviles por una multitud de pobladores de la periférica colonia Arturo Quezada de Comayagüela, la mañana del jueves, en la capital dejaron evidenciado que la ciudadanía ya se cansó.
La unidad 102 con placas AAL 8094, de la ruta Quezada-Centro, se aprestaba a salir con dirección al centro de la capital, desde la colonia Arturo Quezada. El reloj marcaba las 7:15 am. El bus conducido por Howard Bonifacio Merlo Flores (de 37 años) estaba listo para salir de la terminal. Howard encendió el motor del vehículo y en ese momento, intempestivamente un sicario sacó una pistola y disparó en cuatro ocasiones contra él. Jaló del gatillo una quinta vez, pero el mecanismo del arma no funcionó.
En ese instante, el pistolero, de apariencia muy juvenil, bajó a toda prisa del autobús con la intención de escapar de la escena, sin figurarse en lo más mínimo lo que le vendría. Como el hecho se dio justo en la terminal de buses y había varias unidades en espera a salir, también estaban en los alrededores un considerable número de motoristas, cobradores y despachadores.
El motorista Howard Bonifacio Merlo Flores era padre de cinco hijos, cuatro con su actual compañera de hogar.
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El sicario tenía a escasos pasos del bus una motocicleta en la que había llegado al lugar y en la que pretendía escapar después de consumar su objetivo.Los amigos de Howard, al verlo inerte y ensangrentado sobre el timón de la unidad 102, tomaron al delincuente y comenzaron a darle una paliza que parecía interminable. A puñetazos y patadas era lanzado de un lado a otro, sobre el concreto de la acera, hasta debajo del bus de Howard.
Fotografía en vida del transportista
Howel Merlo. |
Lo amarraron de las manos hacia atrás y lo lanzaron en medio de la calle principal de la colonia Arturo Quezada, lo rociaron de combustible y la pequeña flama de un cerillo hizo el resto.
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El cuerpo del sicario ardió en cuestión de segundos hasta morir frente a una multitud de curiosos que presenció la tunda desde el inicio hasta el final. Para terminar con la rabia que les permitió hacer lo que hicieron, lanzaron la motocicleta que él andaba sobre el cuerpo encendido del maleante como para que no le quedara ninguna opción de sobrevivir.
“¡Maten a ese perro hijo de p...! ¡No lo dejen vivo!”, gritaba casi de forma unánime la gente que agarró al asesino del motorista mientras era vapuleado. El calcinado respondía al nombre de Brandon Stuart Lezama Sánchez (de 19 años ), residente en la residencial La Cañada de la capital, según informó la Policía.
Supuesto sicario fallecido,
Brandon Stuart Lezama Sánchez (de 19 años ).
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