Tegucigalpa, Honduras.
“Estábamos listos para casarnos el 25 de diciembre, teníamos ya todo listo, el anillo, el vestido y la ropa de mi esposo”, expresó entre lágrimas la señora Vanessa Dixon, luego de perder todo en un fatídico incendio que dejó prácticamente en la calle a unas 20 familias.
El siniestro que consumió 20 de los 30 cuartos de alquiler de una cuartería en el barrio Abajo, de Tegucigalpa, dejó por lo menos a unas 50 personas damnificadas, quienes perdieron la mayor parte de sus pertenencias y enseres domésticos.
Una de ellas fue doña Vanessa Dixon y su compañero de hogar Lester Cuevas, con quien contraería nupcias en diciembre próximo; ambos misquitos. Con ellos también residían sus dos hijos, menores de edad.
César Echenique, otro de los inquilinos en el vetusto edificio, contó que “todo comenzó como a las 3:30 am, el fuego se originó en el primer apartamento adonde funcionaba una tapicería”.
Relató que “en el taller no había nadie y no se sabe qué fue lo que pasó”.
“Estábamos listos para casarnos el 25 de diciembre, teníamos ya todo listo, el anillo, el vestido y la ropa de mi esposo”, expresó entre lágrimas la señora Vanessa Dixon, luego de perder todo en un fatídico incendio que dejó prácticamente en la calle a unas 20 familias.
El siniestro que consumió 20 de los 30 cuartos de alquiler de una cuartería en el barrio Abajo, de Tegucigalpa, dejó por lo menos a unas 50 personas damnificadas, quienes perdieron la mayor parte de sus pertenencias y enseres domésticos.
Una de ellas fue doña Vanessa Dixon y su compañero de hogar Lester Cuevas, con quien contraería nupcias en diciembre próximo; ambos misquitos. Con ellos también residían sus dos hijos, menores de edad.
César Echenique, otro de los inquilinos en el vetusto edificio, contó que “todo comenzó como a las 3:30 am, el fuego se originó en el primer apartamento adonde funcionaba una tapicería”.
Relató que “en el taller no había nadie y no se sabe qué fue lo que pasó”.