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Tras 15 años preso, el Ratón recuperó control de la 18

  • 29 septiembre 2019 /

San Pedro Sula, Honduras.

La operación de impacto de la Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas (FNAMP) sacó de circulación el sábado a Howin Alexis Romero, alias Ratón, considerado a nivel nacional como líder de la pandilla 18, quien hace cuatro meses salió de la cárcel con el objetivo de recuperar el control de la estructura criminal en Honduras.

Howin Alexis Romero (de 42 años) tiene un extenso historial criminal. Fue detenido por la Policía Nacional en 1998 en la colonia López Arellano, Choloma, por el delito de robo de vehículo.

Lo recapturaron el 14 de febrero de 2004 en la colonia La Unión, de San Pedro Sula, por el delito de portación ilegal de armas de fuego de uso comercial, robo de vehículo y asociación ilícita.

Estuvo recluido en el presidio sampedrano en 2014 por asociación ilícita y portación ilegal de armas, por su alta peligrosidad fue trasladado en helicóptero en 2015 junto con el Tacoma y el Porky a la Penitenciaría Nacional de Támara en Tegucigalpa, ya que las autoridades de Gobierno determinaron que el Ratón ordenó un sinfín de extorsiones desde la prisión sampedrana.

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En 2018 fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad en Ilama, Santa Bárbara, El Pozo, por la comisión de diversos delitos, recobrando su libertad el 27 de mayo de 2019.

Posición.

Según las autoridades desde el primer día que salió de la cárcel, tenía como misión recobrar el control de la pandilla 18 a nivel nacional, por lo que desde hace cuatro meses comenzó a reconquistar territorio que la pandilla había perdido con otras estructuras criminales.

El Ratón ostenta la posición número tres como líder de la pandilla, después de Nahún Méndez Medina, alias Tacoma, máximo jefe a nivel nacional de los 18 y en segundo lugar está Denis Augusto Rodas Zerón, alias Black o el Raker, los cuales pagan largas condenas en El Pozo.

El Ratón en los cuatro meses de su libertad trató de evadir las autoridades, instalándose en diferentes viviendas ubicadas en residenciales de lujo de San Pedro Sula, cambió su apariencia física dejándose crecer el cabello con un corte formal y se cortó su tan particular barba.

Usaba vestuario de hombre formal y muchas veces hasta se vistió de cura para pasar desapercibido y poder desplazarse por el país.

El grado de poder en la pandilla es tan alto, que ninguna operación criminal como cobro de extorsiones, masacres, quema de buses, entre otros delitos, podía ejecutarse sin su aprobación.

Su última captura fue el sábado en una lujosa vivienda de la residencial Brisas del Merendón, donde le decomisaron fusiles de guerra con miras telescópicas, dos granadas de fragmentación, tres granadas calibre 40 milímetros, una granada de gas, un teléfono satelital, dos computadoras, un cargamento de municiones de diferentes calibres, joyería entre lo que se destaca un anillo de oro con el número 18.