Edwin Omar Galeas Castellón, expolicía condenado recientemente por tres delitos, recibió 11 años de prisión, más las penas accesorias de inhabilitación absoluta e interdicción civil.
Los años de cárcel a pagar se dieron a conocer en la sala cuarta del Tribunal de Sentencia, en los juzgados sampedranos. La terna de jueces le impuso la siete años cuatro meses y 26 días por el delito de privación injusta de la libertad agravada y cuatro años por robo agravado continuado en su grado de ejecución de tentativa, siendo en total más de 11 años de prisión.
En la acusación aparecen como afectados por esos ilícitos un padre y su hijo, además de la seguridad interior del Estado de Honduras. Galeas Castellón y cuatro hombres más fueron apresados el 6 de octubre de 2017 tras una llamada de emergencia que dio lugar a una persecución, la cual terminó con la detención de cinco sospechosos, entre ellos un policía entonces activo, un depurado y un tercero suspendido.
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El operativo lo realizaron elementos del comando Tigres y policías preventivos. En esa acción fueron detenidos Wilmer Pérez Pérez, Mario Alexis Gómez García, policía activo, asignado a la Dirección Nacional de Policía Comunitaria en el sector Rivera Hernández, al igual que Enrique Aguilar García. Además, fue aprehendido Carlos Roberto Calderón Urbina, policía depurado.
 Automóvil que les decomisaron durante el operativo ejecutado en 2017.
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A los detenidos se les decomisó un pick up, seis pistolas calibre 9mm, una de ellas de uso policial, y otra propiedad del dueño del billar atracado, también dinero en efectivo y una tablet que le quitaron al menor plagiado.
-En su contra-
Según la investigación que soportaba la acusación de la Fiscalía contra los imputados, los cinco sujetos capturados llegaron a un billar ubicado en la colonia Brisas del Valle 2, en la villa de Cofradía, jurisdicción de San Pedro Sula. Allí, los cinco hombres, cada quien con un arma, chalecos antibala y gorras de la Dirección de la Policía de Investigación (DPI), pusieron contra la pared a unos 10 hombres que estaban jugando y los despojaron de sus pertenencias.Los señalamientos también apuntaban que al dueño del negocio y padre del menor plagiado le llevaron una pistola y 46,000 lempiras. Luego intentaron esposar a éste y subirlo a un carro doble cabina en que se conducían.
Como no pudieron a pesar de los disparos al suelo que le hicieron, optaron por huir llevándose a su hijo y a quien luego liberaron en el sector de Montelimar, en Naco. La liberación del menor se efectuó porque su padre perseguía en una camioneta a sus captores.
