19/04/2024
06:40 AM

Intibucá llora el abominable crimen de la pequeña Teresa

La Policía detuvo ayer a dos menores por la muerte de la pequeña Teresa, pero los dejaron libres por falta de pruebas Organizaciones y la población piden justicia y que se castigue a los homicidas.

Intibucá, Honduras

Tres menores de 17 años que la habían amenazado y el padrastro que la hostigaba sexualmente son para la Policía los principales sospechosos del asesinato de la niña Teresa Domínguez Gómez (de 12 años), crimen que ha consternado a la población de la Esperanza, Intibucá.

La niña salió a pie del caserío Buena Vista con rumbo a la comunidad de Catarina, pero en el trayecto fue interceptada, torturada y asesinada por criminales contra quienes aún la Policía de Investigación ni la Fiscalía no tiene ninguna prueba para poder identificarlos y acusarlos.

Foto: La Prensa

De la humilde casa en la que su padrastro y su tres hermanos viven, salió Teresa a buscar a su madre, pero no había caminado ni 20 minutos cuando fue atacada a machetazos por los criminales.

Preliminarmente se estableció que la menor tenía rasgos de haber sido violada, pues fue encontrada con su pantalón y blúmer abajo de la rodilla, pero, si fue ultrajada, lo determinará el dictamen médico legal.

Lo que sí precisó en su informe el forense es que a la niña le arrancaron su cuero cabelludo con un arma blanca y tenía heridas en su cadera.

Teresa Domínguez Gómez, la noche del domingo 13 de enero que salió de su casa, iba a encontrar a su madre María Virgen Domínguez, pues cuando esta no llegaba, la niña huía porque temía que su padrastro abusara de ella.

Foto: La Prensa

Ella prefería quedarse fuera de su casa cuando su madre no llegaba.

La pequeña estaba rodeada de amenazas, pues una hermana mayor de Teresa manifestó que su padrastro Luciano González “las tocaba cuando su madre las dejaba solas con él”.

La niña de 12 años vivía con su padrastro y tres hermanitos de nueve, siete y cuatro años que cuidaba mientras su madre trabajaba como doméstica en una casa en La Esperanza.

“A mi sólo me dijo que iba a encontrar a su mamá, yo le dije que era de noche y me dijo que se quedaría durmiendo en otra casa”, manifestó Luciano González, a quien un equipo de LA PRENSA entrevistó en el caserío de Buena Vista de la aldea Catarina en Intibucá.

El hombre, de baja estatura, había terminado de darles de comer tortilla con sal a sus tres hijos cuando periodistas de LA PRENSA lo abordaron y manifestó que estaba esperando que la Policía los llegara a traer para ayudar a trasladar el cuerpo de Teresa.

“Me tomaron declaración, pero yo no la maté, le tocaba las piernas y jugaba con sus manos y me dijeron que eso era delito, pero no soy capaz de hacerle eso que le hicieron a la niña”, expresó el padrastro de la menor victimada. La madre de Teresa, María Virgen, quien esperaba en las afueras de la Municipalidad, pues le estaban ayudando con el traslado y el ataúd, relató que su hija le había comentado que tres muchachos la habían amenazado.

Foto: La Prensa

Organizaciones y la población piden justicia y que se castigue a los homicidas.

“Yo había dejado a Luciano, pero tenía que vivir en la misma casa y no llegué el domingo porque me picaron una abejas y los bomberos me mandaron al hospital”, apuntó.

María Virgen, tiene que caminar dos horas y media de La Esperanza para llegar al caserío adonde dejaba a sus hijos con Luciano.

Ayer la madre lloraba desconsolada la muerte de Teresa al lado de su otra hija de 14 años que tuvo que abandonar la casa por el mismo problema y comenzó a trabajar como doméstica. El comisario Efraín Molina, jefe de la Policía de Intibucá, afirmó que dos menores de 17 años fueron detenidos para investigación, pero tuvieron que ser liberados porque no habían indicios de su participación en el crimen.

Los dos jóvenes son parte de los tres que solían molestar a Teresa cuando caminaba por las solitarias calles de la aldea.

Algunos de los vecinos apuntaron que los muchachos caminan en motocicletas. “De Chano no creemos que haya hecho eso, porque trabajaba para darles de comer a sus hijos y la mujer ya tenía otro compañero de hogar”, comentaron los pobladores.

Los policías aún no pueden determinar si Luciano siguió a su hijastra Teresa y le quitó la vida o si los tres muchachos señalados de hostigarla cometieron el abominable crimen. Organizaciones de mujeres de Intibucá al igual que el alcalde Norman Sánchez se pronunciaron para que el asesinato sea investigado y no quede impune. Ayer el alcalde llevó a la madre de Teresa a la morgue forense de Tegucigalpa adonde le practicaron la autopsia.

Foto: La Prensa

María Virgen Domínguez, madre de la menor.