24/04/2024
06:15 PM

'Esta Navidad va a ser linda porque lo vamos a tener aquí”

  • 09 noviembre 2018 /

Brenda Jarquín, hermana del hondureño que se salvó de la pena de muerte, espera verlo pronto Clemente espera aún regular su estatus migratorio

Tegucigalpa, Honduras

Faltaban pocos minutos para las 8:00 pm y como casi no suele suceder, el teléfono fijo sonó. “Aló”, dijo Brenda Jarquín. “Hola”, expresó una voz masculina al otro lado del teléfono. Era Clemente Javier Aguirre, su hermano, el hondureño que fue liberado luego de permanecer preso durante 14 años y quien estuvo a un paso de ser ejecutado por la justicia estadounidense.

Para recordar
Clemente Aguirre nació en Tegucigalpa en 1980 y llegó a Estados Unidos de manera irregular en 2003.

“Al escuchar su voz lo reconocí inmediatamente”, contó efusivamente la joven Brenda Jarquín, hermana menor de Clemente Aguirre. Esa fue la primera llamada entre ambos luego de que el hondureño fuera excarcelado este 5 de noviembre en Miami.

Emoción

“¡Fue algo tan grande!, me dijo: ‘Hermana, me siento feliz, gracias a Dios por todo’”, le manifestó Clemente a Brenda.

La primera comunicación se extendió por unos cinco minutos y las muestras de cariño y ansiedad por un próximo encuentro no se hicieron esperar entre los hermanos. “Hermana linda, te quiero mucho, ya nos vamos a volver a ver, voy a conocer a mis sobrinos para jugar con ellos”, le siguió exteriorizando Clemente, según relató Brenda.

La llamada se cortó. Pero eran tantas las cosas que tenían que decirse que el teléfono timbró una segunda vez. Esa llamada duró otra vez cinco minutos y las emociones fueron incontables; dejando así la esperanza de una nueva comunicación telefónica.

La lucha. El hondureño Clemente Javier Aguirre (de 38 años) guardó prisión durante 14 años y 10 de ellos en una cárcel estatal de Florida en el módulo denominado como el pabellón de la muerte , adonde están recluidos todos los reos condenados a muerte. Aguirre fue detenido el 17 de junio de 2004 por el asesinato de dos mujeres, Cheryl Williams y Carol Bareis, ocurrido en el mismo estado de Florida.

El 28 de febrero de 2006, un jurado lo encontró culpable y fue condenado a la pena de muerte.

Después de más de una década de indagatorias testificales, periciales y científicas, lograron determinar mediante exámenes de ADN que el catracho no había participado en el doble crimen.

Fue así que el 5 de noviembre recién pasado, al final del juicio oral y público, el juez que conoció la causa incoada contra el hondureño Clemente Javier Aguirre determinó dejarlo en libertad, tras 14 años en prisión.

Los abogados defensores de Aguirre lograron constatar con las pruebas aportadas que su defendido no tuvo participación en tal ilícito y que, por tanto, debía quedar en libertad definitiva.

Esperanza

Clemente Javier, conocido popularmente como Tatú, en la colonia Óscar A. Flores, sector de El Pedregal, podría reunirse pronto con sus parientes, principalmente con su madre, doña Linda Jarquín. “Ella (doña Linda) necesita una ayuda del Estado para poder viajar a Estados Unidos, tiene visa estadounidense, pero no tenemos el dinero para comprar el boleto y que pueda hacer el viaje”, argumentó Brenda Jarquín.

La progenitora del ahora absuelto de culpas se encuentra en la ciudad de León, Nicaragua, hasta donde viajó para asistir a una de sus hijas que fue operada hace algunos días.

La familia Jarquín está integrada por cinco hijos, cuatro hermanas y el único varón, Clemente. Todos esperan con ansias volver a ver a su hermano, el que partió en enero de 2003 de Honduras, en busca de un futuro mejor para su familia.

Brenda aprovechó el momento para expresarle a su hermano: “Quiero decirte que estoy muy contenta y deseo verte para abrazarte. Esta Navidad va a ser linda porque lo vamos a tener aquí”.