Nueva Jersy, Estados Unidos
En el restaurante El Paraíso de Dover, Nueva Jersey, se vivía una típica jornada laboral. El teléfono no paraba de sonar, los pedidos a toda la comunidad y sitios aledaños eran constantes, y cada uno de los hondureños que allí laboraba daba el máximo de sí para satisfacer a su clientela.
De repente sonaron las alarmas, humo negro empezó a cubrir el interior del negocio, la incertidumbre y el pánico se apoderó de los empleados y propietarios, quienes al momento de ser evacuados fueron testigos de un incendio que volvió en cenizas sus sueños y esfuerzos.
Un edificio de apartamentos adonde residían varios hondureños colapsó tras desatarse un feroz incendio el pasado lunes. El fuego se inició en el sótano de Barry’s Luncheonette y luego afectó a otros edificios cercanos en la calle N Warren Street en la ciudad de Dover.
| El incendio se desató en un restaurante instalado en el sótano del edificio, según medios locales.
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Pérdidas
Karen Cárcamo, oriunda de Comayagua y propietaria del establecimiento, con mucha tristeza contó cómo un sueño de toda una vida acabó en segundos frente a sus ojos luego que las llamas devoraran su patrimonio y la fuente de trabajo de hondureños.
“De repente empezó a salir humo, todo se nubló dentro del restaurante, de pronto observamos a las autoridades indicándonos que debíamos evacuar inmediatamente, en ese momento no teníamos conocimiento de nada, no sabíamos cómo empezó el incendio, estábamos desconcertados con muchas preguntas y sin respuestas ante lo sucedido, el humo ya nos estaba empezando a afectar y con rapidez salimos de allí”, relató.
Eran cerca de las 3:30 pm cuando los hondureños que laboran en el 19 West Blackwell de Dover, en el norte de Nueva Jersey, fueron evacuados. En aquel pequeño negocio quedaba la posibilidad de sustento de muchas familias y cada uno de los bienes materiales en su interior fueron hechos añicos, situación que llena de dolor a su propietaria; sin embargo, aclaró que nada se compara con la satisfacción de saber que sus empleados y residentes en el área se encuentren ilesos.
“En ese momento, por la voluntad de Dios, no había muchas personas en el negocio, ya había pasado la hora del almuerzo, y después de eso baja el número de clientes, básicamente me encontraba con mi esposo y nuestros cinco empleados que son hondureños, lo perdimos todo, ahora estamos esperando una evaluación de la compañía de seguros para saber el monto total de las pérdidas; pero como dije, lo más importante es que todos estamos con vida y lo material trataremos de reponerlo”, agregó Cárcamo.
El restaurante El Paraíso tenía cerca de cuatro años de operación y se convirtió en uno de los tres edificios que resultaron perjudicados con el siniestro, el cual se dio en el centro de la comunidad de Dover.
Más de 100 personas han sido evacuadas y puestas en albergues, no hay víctimas fatales ni personas con lesiones. Además del local de la familia hondureña, una firma de notarios y otro restaurante llamado La Bamba resultaron perjudicados.
Consultada sobre las familias hondureñas que residen en la zona, la empresaria aseguró que cada una de esas familias fue auxiliada y con prontitud evacuados, “sé que en el Dover Community Center se están recogiendo ayudas para buscar aliviar esta pena. Aunque pese a las ayudas que están recibiendo es muy duro para ellos enfrentar esta situación, imagínese perder absolutamente todo, los niños ni siquiera pueden ir a la escuela, no creo que por más que nos ayuden haya un alivio inmediato para los afectados”.
Las calles fueron cerradas mientras se retiran los escombros de la zona.
Ayuda. Para asistir a las familias hondureñas afectadas contactar a St. John’s Episcopal Church, Dover Community Center, 37 N. Essex St. in Dover, Aikido Center of Dove.
