Tegucigalpa, Honduras
Las primeras y últimas palabras que Faustino Ponce (de 44 años), conductor del busito que impactó brutalmente contra una rastra averiada, le dijo a la pasajera Elia Hernández (de 69) fueron: “Vengase aquí adelante, pero eso sí, me va platicando porque si va a ir dormida yo me voy a dormir, a mí me gusta gente que me platique”.
Horas después sucedió la tragedia en la que cuatro personas, incluidos Ponce y Hernández, perdieron la vida y cuatro resultaron heridas en un accidente que se produjo en El Durazno de la carretera CA-5. Las otras víctimas son Mary Medina (de 53) y Gavy Vásquez (de 35), madre e hija.
Los pasajeros abordaron el busito en el aeropuerto Villeda Morales el martes en la madrugada.
La conversación anterior fue revelada por Mercy Dariela Navarro Meza (de 23), quien sobrevivió al fatal accidente.
Con el dolor que sentía por la fractura que sufrió en la pierna derecha y otros golpes relató la trágica experiencia que la marcará para el resto su vida.
Navarro Meza observó cómo sucedió todo, y es un milagro de Dios que ella y sus padres estén vivos. Rosalina Meza (de 53) y Óscar Navarro (de 71) se recuperan en el mismo centro asistencial que su hija. Los tres sobrevivientes son originarios de Juticalpa, Olancho.
| Mercy Dariela Navarro Meza está interna en el Hospital Escuela.
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Llegan a Honduras
La joven contó que el avión que venía de Miami, Florida, Estados Unidos, aterrizó en el aeropuerto el martes a las 12:10 am.
Su familia tuvo un leve problema con su equipaje, por lo que se retrasaron varios minutos en Migración, después abordaron el busito que salió cerca de la 1:45 am para Tegucigalpa. Ellos venían de estar una semana en Estados Unidos para celebrar los 15 años de una familiar. “Nos subimos en el segundo asiento, en eso se subió la mamá con el niño y me dijo que le hiciera el favor de cambiar de puesto porque el niño iba dormido y lo querían llevar acostado, entre ella con la abuela, le dije que sí y me cambié para en medio”, recordó la joven.
A las 3:00 am hicieron una parada en Siguatepeque para comprar algo de comer y beber. En ese lugar se bajó una pasajera que iba en la parte de atrás del bus. “Mi mamá me dijo e_SSLqbájate hija para que tomemos un café’, pero no me bajé porque el café me hace daño. Se bajaron todos para comprar, yo me quedé en el carro y me hice al rincón”.
Cuando subieron de nuevo al bus, el papá de Mercy dijo que se iba a pasar para atrás porque el aire acondicionado le pegaba directo, ocupó el lugar de la señora que se bajó. Otro señor y una muchacha que viajaban en el bus se bajaron más adelante.
“Me acuerdo que de un solo fuimos a impactar a ese carro, veníamos en una vuelta”, relató Mercy Navarro. Por el impacto, todos los pasajeros fueron a dar hacia la parte de adelante del busito. Rosalina, madre de Mercy, quedó atrapada por la mitad de su cuerpo en el amasijo del carro.
Don Óscar fue a dar por la puerta y encima de él cayó la señora Mary Medina, ella murió al instante. “El niño fue a caer encima de mí, lleno de sangre, golpeado, yo no me podía mover, sentía un dolor como que me estaba muriendo aquí en el pecho, el niño lloraba y yo lo abracé”, recordó Mercy, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. La abuela y la mamá del niño que venían atrás fueron a dar adelante. “La mamá del niño sí estaba viva, miré que se estaba quejando y mi mamá también”, comentó.
Unas personas que estaban cerca comenzaron a pedir ayuda para luego sacar a los heridos.
Gavy Vásquez murió en el Hospital Escuela después de ser ingresada.
“Estamos vivas por gracia de Dios”, dijo. En un inicio el bus venía con música, pero después de la parada que hicieron en Siguatepeque apagaron la radio.
Mercy aún tiene presente la imagen del impacto con la rastra, no puede dormir porque siente miedo y nervios. La joven aún no ha sido operada de la pierna fracturada por la falta de materiales que sufre el Hospital Escuela.
| Entierran a madre e hija muertas en accidente
Cabizbajo llegó a darle el último adiós a su madre y su abuela, a unas horas de haber salido del Hospital Escuela.
A sus cortos ocho años de edad es difícil de explicarle la magnitud de lo que estaba pasando, pero su tristeza era más que evidente. A la 1:15 pm, los féretros de Gavy Melissa Vásquez Medina (35) y de su madre Mary Jacqueline Medina Amador (de 53 años), madre y abuela del menor, fueron llevados hasta la iglesia Nuestra Señora de La Esperanza, en la colonia La Esperanza, vecindario en el que vivían. Cinco minutos más tarde, en los brazos de sus padre, Wilmer Godoy, el pequeño hijo de Gavy, sobreviviente del fatídico accidente del pasado martes, entró en el templo católico, pero el hecho de ver a su madre y a su abuela en un cajón conmovió al infante. “Usted va a ser fuerte”, le decía su progenitor con el afán de animar a su vástago, perturbado por tanto trajín. Familiares, vecinos de la colonia La Esperanza, compañeros de trabajo de Gavy y amigos de la familia mostraron pesar por la irreparable pérdida. Crisia Gómez, nuera de doña Mary, recordó a su suegra y a su cuñada como “mujeres luchadoras y emprendedoras”. |
