Tegucigalpa, Honduras.
Tres hombres estuvieron a minutos de tener en sus manos un millonario botín que, según las autoridades, pretendían robarse de la bóveda de una agencia bancaria.
Los sospechosos habían realizado un trabajo sigiloso desde hace varias semanas en el interior de una antigua casa que hoy funciona como hostal en el antañón barrio Abajo de la capital.
Ayer, por fin y después de varios días lograron tener a la vista su objetivo; sin embargo, el sueño se les esfumó en tan solo unos minutos.
El bullicio que no habían hecho durante todo el tiempo que estuvieron rompiendo la pared lo hicieron al estar en contacto con la caja fuerte del banco.
Fallaron
El ruido producido por taladros despertó a los guardias de un supermercado, donde en su interior funciona también la sucursal del banco.
Estos alertaron a agentes de la Policía Militar cuando aún era de madrugada. Al llegar, a eso de las 5:00 am, constataron lo que se había denunciado.
Los tres individuos fueron sorprendidos en posesión de un arsenal de herramientas utilizadas en la construcción, entre ellas, una pulidora, una sierra circular, discos para pulidora, martillos y una barra de uñas.
Ellos responden a los nombres de Mario Enrique Ramos, carpintero, residente en la colonia San Francisco de esta ciudad, pero originario de Arizona, Atlántida; Edwin Alberto Zambrano Molina, con domicilio en el barrio El Pedregalito, motorista y originario de San Isidro, Choluteca.
De igual manera capturaron a Olvin Rodoldi Alvarado Ortiz, vecino del barrio Villa Adela y oriundo de la capital.
La casa
Para efectos de investigación, las autoridades requirieron a Karen Marbella Amador Ochoa (37), propietaria de la casa de huéspedes por donde los sospechosos pretendían ejecutar la fechoría.
Según la indagación, la dueña de la vivienda actuó en complicidad con la banda, de manera que facilitó el inmueble para que ellos cavaran el agujero.
La Policía Militar dice que esta es una banda delictiva que venía operando desde hace algunos meses en Tegucigalpa, Choluteca y Danlí.
Su modo de operar era el reclutamiento de dueños de negocios o viviendas cercanas a los negocios, que tenían como objetivo asaltar como bancos, farmacias y supermercados.
En vehículos daban seguimiento a personas que retiraban fuertes sumas de dinero de bancos para luego asaltarlos.
A los tres detenidos los enviaron a la Fiscalía, adonde podrían ser acusados por el delito de tentativa de robo.
Tres hombres estuvieron a minutos de tener en sus manos un millonario botín que, según las autoridades, pretendían robarse de la bóveda de una agencia bancaria.
Los sospechosos habían realizado un trabajo sigiloso desde hace varias semanas en el interior de una antigua casa que hoy funciona como hostal en el antañón barrio Abajo de la capital.
Ayer, por fin y después de varios días lograron tener a la vista su objetivo; sin embargo, el sueño se les esfumó en tan solo unos minutos.
El bullicio que no habían hecho durante todo el tiempo que estuvieron rompiendo la pared lo hicieron al estar en contacto con la caja fuerte del banco.
| l agujero lo hicieron en la pared de adobe de la vieja casa, que colinda con la agencia bancaria.
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El ruido producido por taladros despertó a los guardias de un supermercado, donde en su interior funciona también la sucursal del banco.
Estos alertaron a agentes de la Policía Militar cuando aún era de madrugada. Al llegar, a eso de las 5:00 am, constataron lo que se había denunciado.
Los tres individuos fueron sorprendidos en posesión de un arsenal de herramientas utilizadas en la construcción, entre ellas, una pulidora, una sierra circular, discos para pulidora, martillos y una barra de uñas.
Ellos responden a los nombres de Mario Enrique Ramos, carpintero, residente en la colonia San Francisco de esta ciudad, pero originario de Arizona, Atlántida; Edwin Alberto Zambrano Molina, con domicilio en el barrio El Pedregalito, motorista y originario de San Isidro, Choluteca.
De igual manera capturaron a Olvin Rodoldi Alvarado Ortiz, vecino del barrio Villa Adela y oriundo de la capital.
La casa
Para efectos de investigación, las autoridades requirieron a Karen Marbella Amador Ochoa (37), propietaria de la casa de huéspedes por donde los sospechosos pretendían ejecutar la fechoría.
Según la indagación, la dueña de la vivienda actuó en complicidad con la banda, de manera que facilitó el inmueble para que ellos cavaran el agujero.
La Policía Militar dice que esta es una banda delictiva que venía operando desde hace algunos meses en Tegucigalpa, Choluteca y Danlí.
Su modo de operar era el reclutamiento de dueños de negocios o viviendas cercanas a los negocios, que tenían como objetivo asaltar como bancos, farmacias y supermercados.
En vehículos daban seguimiento a personas que retiraban fuertes sumas de dinero de bancos para luego asaltarlos.
A los tres detenidos los enviaron a la Fiscalía, adonde podrían ser acusados por el delito de tentativa de robo.
