La Ceiba, Honduras.
Un aparatoso accidente de tránsito cobró la vida de Wilmer Zúniga, un empleado de la Oficina de Bienes Incautados (Oabi), y otra persona de nombre Daniel Suazo, que lo acompañaba, resultó milagrosamente solo con leves lesiones.
Partiendo de cómo quedó el vehículo en el que se conducían, un pick-up con placa PDS 4514, casi seccionado en dos, testigos argumentaron que solo un milagro pudo salvar a Suazo.
El faltal suceso ocurrió ayer al mediodía en la carretera CA-13, entre las aldeas Caracas y El Pino, a unos 15 minutos de La Ceiba.
Otros viajeros que circulaban por la zona llamaron al Cuerpo de Bomberos, por ello se presentó al sitio una comitiva de la base de El Porvenir y confirmaron que Zúniga, quien iba en el asiento delantero del pasajero, se encontraba sin vida afuera del automor, mientras que a Suazo, quien conducía, lo encontraron parado y con apenas unos raspones.
De acuerdo con información preliminar brindada por el bombero Eduardo Gómez, el motorista perdió el control del carro por causas desconocidas. Se salió de la carretera y se dio vuelta hasta detenerse en un árbol. “El conductor expresó que no se acuerda, pero cree que perdió el conocimiento y la noción, y aunque trató de controlar el vehículo se le fue difícil hasta que se fue a una hondonada”, manifestó Gómez.
Los ocupantes del vehículo se trasladaban de Tela hacia La Ceiba y, según lo indicado por el sobreviviente a las autoridades bomberiles, “parece que andaban en la revisión de planillas de una finca, aunque no profundizó en el tema cuando le consultamos”, añadió Gómez.
Una comisión de la Sección de Investigación de Accidentes de Tránsito (Siat) llegó al lugar para esclarecer lo ocurrido.
En los últimos meses se han incrementado los accidentes de tránsito, tanto en el casco urbano de La Ceiba como en la carretera CA-13.
 Así quedó el vehículo en el que se conducían los empleados de la Oabi, que se partió en dos partes. Fotos LA PRENSA.
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 Foto en vida de Wilmer Zúniga.
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