17/04/2024
12:26 PM

'Esperaba transporte y se lo llevó la muerte”

San Antonio de Cortés, Honduras.

Recogió su inseparable fólder negro en el que cargaba documentos relacionados con su trabajo de juez de Policía y salió de la casa a tomar el bus que lo conduciría a San Antonio de Cortés.

La caseta en la que los vecinos de la aldea El Aguacate esperan el transporte para trasladarse a otras comunidades del sector está a solo una cuadra de la casa donde vivía Santos David Canales, por eso su compañera Reyna Isabel Cruz se percató rápidamente de su asesinato.

Hacía apenas unos diez minutos que ella le había servido un huevo revuelto con tomate y una taza de café para luego despedirlo con un “Dios lo guarde”, cuando escuchó la tronazón seguida de un chirrido de llantas.

“¿Cohetes tan de mañana? Se preguntó a sí misma la mujer y luego salió rápidamente a averiguar qué había sucedido, logrando ver una camioneta que corría veloz rumbo al cruce con la carretera CA-5.

Foto: La Prensa

Vivía solo con su compañera y su padre en la aldea El Aguacate porque sus cuatro hijos ya hicieron su vida matrimonial.
Cuando llegó a la caseta de cemento ya estaban otras personas viendo el cadáver de su marido que yacía de espaldas cundido de balazos cerca del fólder negro.

Cuatro individuos encapuchados que se bajaron de la camioneta color beige lo habían acribillado frente a dos mujeres que también esperaban transporte, quienes corrieron despavoridas a refugiarse en el monte.

Ni los vecinos de la aldea El Aguacate, adonde Canales era dirigente comunal, ni los de San Antonio que miraban de cerca sus limpias ejecutorias como funcionario de la Municipalidad, se explican porqué mataron a un hombre que disfrutaba sirviendo a la comunidad.

Era el enterrador de los pobres, dicen vecinos de El Aguacate, porque siempre estaba presente cuando alguien moría, para proporcionar el ataúd que conseguía a través de la Municipalidad.

Aunque ha sido activista del Partido Liberal desde que era cipote, cuando se trataba de hacer un favor a alguien no distinguía filiaciones políticas, dice su padre Joaquín Canales.

Foto: La Prensa

En la Municipalidad de San Antonio condenan el asesinato ocurrido dos meses después que enterró a su madre a quien despidió con mariachis en el patio de su casa.
Por el apoyo que brindó durante su campaña política al actual alcalde de San Antonio, Amner Mendoza, fue nombrado como juez de Policía hace dos años en sustitución de Rubén Mendoza, quien también fue asesinado por razones aún no establecidas.

Temiendo que pudiera correr con la misma suerte, su hijo Wilson Canales le pidió en varias ocasiones que dejara ese trabajo, pero él siempre respondía: “No tengo temor, porque el que nada debe nada teme”. Hay quienes creen que su muerte le vino por las decisiones que tomaba como juez de Policía en cumplimiento de la ley. No encuentran otra razón.

El alcalde Mendoza comentó que a él le contaba cuando tenía algún lío relacionado con su trabajo, pero que nunca le confesó que tuviera algún problema serio o una amenaza de muerte.

Canales pasaba la mayor parte de su tiempo como juez de Policía en el campo.

Sin embargo, dice el alcalde que a veces le “usurpaba” su puesto cuando él le pedía que le ayudara a casar a alguna pareja.

Foto: La Prensa