Las celebraciones por el primer siglo de fundación de Cervecería Hondureña tuvieron un cierre de lujo. La Gala de Oro Centenario se ofreció en San Pedro Sula teniendo una magna cita social marcada por el orgullo a Honduras.
 Camilo y Mary Ann Kafati.
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El centro de convenciones Felipe Argüello se engalanó como nunca antes destacando los tonos oro y rojo y una emoción colectiva por esta histórica recepción donde se reconoció el compromiso a la excelencia y a todos aquellos que han hecho de esta compañía, un ejemplo y orgullo.
 Alexandra y Juan Zacarías
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Todo comenzó con música. La orquesta dirigida por el maestro Alfonso Flores interpretó una imponente canción que impregnaba de energía y entusiasmo al público.
 Jorge Rivera Avilés y Karla Ávila.
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El vicepresidente de asuntos corporativos de Cervecería Hondureña, Roberto Álvarez, inmediatamente brindó su mensaje donde los valores y la importancia de la compañía para los hondureños son pilares de su estructura. Además expuso aquellos momentos trascendentales que durante cien años han cimentado el prestigio de la empresa.
 Gabriela y Augusto Chicas.
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A la distancia. El presidente de Cervecería Hondureña Boyce Lloyd ofreció su mensaje a través de un video. Su ausencia era por motivos laborales pero exaltó que “el duro trabajo, los sacrificios y el sudor de las generaciones que estuvieron antes que la actual son esfuerzos que deben agradecerse” y que todo se debe al consumidor. “Cervecería Hondureña pertenece a todos los hondureños”.
 Will y Fiona Patrick con Iván Aguilar.
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Tras el protocolo, la fiesta musical inició con el tema Jamás de Lidia Handal en la voz del tenor Carlos Marbe. Ángela Bendeck, Guillermo Anderson, Los Hermanos Arriola y Eduardo Umanzor también cantaron para la concurrencia. El ballet folclórico Zorzales de Sula explotó de júbilo los corazones hondureños con bailes criollos y flameando la Bandera Nacional.
 Maurizio y Suyapa Chiovelli.
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La Gala de Oro Centenario además trajo desde Colombia al conferencista Pedro Medina, que abordó la pasión que los hondureños deben tener para lograr la excelencia.
 Zobeida y Rubén Alemán.
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Después de dos horas de espectáculo, la cena fue servida y el equipo gastronómico del hotel Copantl ofrecía el menú conformado por manjares inspirados en este siglo de fundación. Jorge Torres y su banda pusieron el ambiente musical.
